jueves, 25 de abril de 2024

4. MATAR A UN RUISEÑOR

Matar a un ruiseñor (1962) 129´

En uno de esos pueblecitos de la Kansas de los años treinta donde ser negro era el equivalente a ser poco más que un utensilio de cocina, un hombre de principios inquebrantables y de los que nunca se queda el dinero si por error le devuelven de más, enseñará a sus hijos el valor de la integridad, consistente este en que te cosan a escupitajos pero con la tranquilidad de meterte en tu cama con la conciencia impoluta.

Una obra maestra que adapta soberbiamente la novela ganadora del Pulitzer y convertida desde el mismo momento de su publicación en libro de culto, vamos la antítesis de todo lo escrito por Ana Rosa Quintana. Una película que aborda temas vitales como el compromiso, la integridad y de alguna forma el heroísmo en una época además donde era harto complicado mantener tus principios a flote ante el catetismo imperante, y todo ello visto a través de los ojos de unos niños. Gregory Peck se presenta aún más enorme que lo que su metro noventa marca brindándonos un personaje al que todos nos gustaría parecernos, un superhéroe de la vida real, aunque todas nuestras miradas se vuelvan ante lo que hacen los niños protagonistas, quienes nos regalan unas interpretaciones que te dejan con la boca abierta. Y ya para rematar, una banda sonora maravillosa, toda la película lo es, obra de un Elmer Bernstein que puede a muchos no les suene, pero que ha compuesto varias de esas melodías que todos hemos silbado alguna vez.


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