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miércoles, 27 de agosto de 2025

SESIÓN GOLFA

LOS SEÑORES DEL ACERO

Los señores del acero es una película con un alto contenido sexual, y es que su director es un Paul Verhoeven que nunca se ha mostrado pacato a la hora de mostrar en su cine la violencia o el sexo. Esta sexualidad en la película se cimenta principalmente en el personaje al que da vida Jennifer Jason Leigh. La actriz de cintas como Carretera al infierno, Última salida Brooklyn, Miami blues, Mujer blanca soltera busca o la más reciente Los odiosos ocho, da vida a un personaje que detrás de un aspecto exterior que destila candidez y dulzura esconde a una mujer controladora, manipuladora y caprichosa, como queda evidenciado desde su primera aparición en pantalla, cuándo obliga  a su doncella a mantener relaciones sexuales con un soldado únicamente para que ella pueda observarles.

Pero si hay una secuencia que represente a la perfección cómo el personaje de Agnes utiliza su sexualidad como arma para manipular al líder del grupo de mercenarios que la han raptado, logrando pasar de prisionera a amante de Martín, o lo que es lo mismo, cabecilla en la sombra de esta comunidad no dudando en jugar a dos bandas cuándo la ocasión lo requiera, es el momento de la violación grupal, cuándo la joven pasa de víctima a verdugo.

Por cierto, le secuencia en la enorme tinaja de baño nos recuerda a la que años más tarde filmaría el propio Verhoeven en Showgirls, en esta ocasión en una lujosa piscina donde tendría lugar un encuentro sexual salvaje entre los personajes de Nomi y Zack. 

miércoles, 13 de agosto de 2025

SESIÓN GOLFA

OPERACIÓN SWORDFISH

En esta entretenida aunque bastante lineal película de acción protagonizada por John Travolta y Hugh Jackman es más que evidente el papel de mujer florero que desempeña una Halle Berry que ese mismo año estrenaría Monster Ball, título por el que sería galardonada con el Oscar de la Academia entre otros premios cinematográficos, logrando de esta manera brillar tanto con su capacidad como intérprete como por su incontestable belleza.  

Es por ello que no hay una sola secuencia en la cinta de Dominic Sena donde aparezca la intérprete de Catwoman que no está diseñada para potenciar su feminidad en todas sus vertientes, incluyendo un topless que es el ejemplo perfecto de desnudo gratuito en el cine, brindándole un único plano en toda la cinta donde poder demostrar que además de ser una mujer enormemente atractiva es una actriz de contrastada solvencia.

Todo se entiende mejor cuándo conocimos que el salario de dos millones de dólares percibido por Berry por participar en la película se incrementó en quinientos mil dólares más por la citada escena de desnudo parcial, pudiéndose considerar de esta manera como uno de los topless más rentables de la historia del cine.

jueves, 19 de junio de 2025

QUE HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ESTE

MEG RYAN

La reina de las comedias románticas de finales de los ochenta y primeros noventa gracias a títulos como Cuando Harry encontró a Sally (1988), posiblemente el mejor orgasmo fingido de la historia del cine, Joe contra el volcán (1990) con un Tom Hanks pre Oscars como compañero masculino de función, o Frenck Kiss (1995), donde constataba que no había peinado que le quedara mal, posiblemente maldiga el día que decidió rodar el film Prueba de vida (2000) ya que marcaría el final de su época dorada en el cine, algo a lo que posiblemente tuviera que ver el hecho de que su edad, cerca de los cuarenta en aquel momento, la alejaba de los papeles que la habían encumbrado como la reina dentro de un género que dominaba a las mil maravillas. Pero no solo marcaría el final de una etapa profesional, sino que la aventura sentimental que mantendría durante el rodaje con su compañero de reparto Russell Crowe, pondría punto y final a su matrimonio con Dennis Quaid, uno de los más sólidos y envidiados de Hollywood. 

Hoy, convertida en una sombra de lo que fue y con su antaño rostro angelical y que rezumaba hermosura por los cuatro costados deformado por el abuso de operaciones estéticas, busca su espacio dentro de un nuevo tipo de papeles que ha de desempeñar en una profesión especialmente cruel con las actrices más veteranas. Posiblemente por ello se haya atrevido a ponerse detrás de las cámaras en un par de ocasiones en los últimos años, lo que la ha permitido tener el control absoluto sobre estos trabajos.

Pero hemos de retrotraernos hasta el año 1983, momento en el que participaría en una de las sagas más longevas y mediocres del cine de terror de los ochenta, la tercera entrega de Amityville, franquicia iniciada en 1979 con Terror en Amityville y que en esta ocasión y como solía ser habitual por aquel entonces, basaba todo su potencial de cara al público en el uso de las 3D, pero de las de entonces, de las de gafas bicolor de cartón y efectos ópticos limitados y esporádicos. Quien iba a decirle a una por aquel entonces veinteañera que poco después habría enamorado a medio planeta con sus personajes tan alocados, divertidos y románticos.

miércoles, 4 de junio de 2025

MARCA DE LA CASA


SERGIO LEONE

A pesar de una carrera de tan solo siete películas en su haber el cine de Sergio Leone ha quedado grabado a fuego en la memoria de todo amante del cine que se precie de serlo. Y esto ha sido así porque a pesar de su escaso bagaje como director, o quizás precisamente debido a ello, lograría reformular el lenguaje cinematográfico para adaptarlo a unas maneras propias en sus películas que acabarían confiriéndole alma de autor, logrando apuntar una serie de constantes en su cine que acabarían siendo su marca de la casa.

LA AMORALIDAD COMO FORMA DE VIDA

Dentro de la propia reformulación del western que marcaría prácticamente toda la carrera de Leone creando con Por un puñado de dólares (1964) la piedra filosofal de lo que vendría a denominarse el spaguetti western, una de las principales características de su cine sería la desaparición de esos héroes de una pieza encarnados por actores de la talla de John Wayne, Gary Cooper o Henry Fonda, no siendo de hecho baladí el convertir al protagonista de películas como Pasión de los fuertes (1946) en uno de los mejores villanos de la historia del cine gracias a su personaje del inmisericorde Frank en Hasta que llegó su hora (1968). Pero no hablamos de esos enormes antagonistas vistos en el cine de Leone, y es que incluso quienes podemos considerar como los buenos de la película son personajes con una escala de valores donde el uso de la violencia, el abuso o la traición no son impedimentos a la hora de alcanzar sus objetivos. De esta forma un personaje tan icónico como el encarnado por Clint Eastwood en la trilogía del dólar, ese hombre sin nombre, tiene en su forma de actuar muy pocos ademanes de héroe, estando de hecho más cerca en su forma de comportarse de los considerados como los villanos de la función. Algo parecido sucedería con el personaje al que da vida Robert De Niro en el testamento cinematográfico del director, Erase una vez en América, gánster al uso y quien incluso acabará violando en pantalla a quien debiera considerarse en un tipo de cine convencional como el amor platónico y referente romántico del protagonista. Este comportamiento ruin y desleal de buena parte de sus personajes es trasladado además a su propia presencia física en pantalla, dejando igualmente de lado los afeitados apurados y vestuarios impolutos de los héroes de antaño para presentarnos a una caterva de personajes marcados por la suciedad en su cuerpo, el polvo del desierto en sus vestimentas y la barba de varios días en su rostro.

PRIMERÍSIMOS PLANOS

Si preguntamos al público general por cual es el elemento que más recuerdan de las películas de Sergio Leone estamos seguros que una amplia mayoría citará esos primerísimos planos tan habituales en el cine del director italiano y que llevarían el enfoque principal a un uso superlativo, siendo en las secuencias de los duelos de sus spaguetti western donde este recurso visual encontraría el mejor de los momentos para su lucimiento. Así, todos recordamos esas imágenes de primeros planos de las manos de los duelistas sobre el revólver y listas para desenfundar, esas bocas apretadas y sujetando cigarrillos a medio consumir o muy especialmente siendo utilizado este recurso para mostrar los ojos de los personajes, remarcando de esta manera unas miradas que no solo servían como elemento estético a la hora de planificar estas secuencias, sino que acercaban la trama y el alma de la película al espectador, ejerciendo de antónimo de lo que sería un plano subjetivo al uso y llevándonos hasta el máximo dentro del límite físico en lo que respecta al acercamiento en el más literal sentido de la palabra a los personajes del cine de Leone.

LA MÚSICA COMO STORYBOARD

En el cine de Leone la música cobra una importancia seminal, siendo en no pocas ocasiones el fundamento sobre el que se basan las secuencias plasmadas en pantalla, y es que si lo habitual es adaptar la música a la película y a las diferentes escenas que la conforman, en el caso del cine del italiano se daría incluso el caso de trabajar en base a una partitura musical ya compuesta. Y es en este apartado donde no podemos no unir la filmografía de Leone a la obra de Ennio Morricone, compañero de colegio del director de El bueno, el feo y el malo y uno de sus colaboradores de cabecera, siendo también destacable en este sentido las aportaciones de Tonino Delli Colli como director de fotografía de sus películas más excelsas. Y es esta manera de trabajar, unida al talento de Leone y Morricone, el que ha llevado a que si bien mucha gente no haya visto una sola película de este cineasta conozca al dedillo los soniquetes musicales de los spagueti western de Leone, banjos, armónicas de pan y silbidos incluidos.

PARAMOS LA PELÍCULA

En un momento como el actual en el que debido al uso de las redes sociales la prioridad a nivel narrativo por parte del espectador es obtener cuántos más estímulos visuales por minuto mejor puede parecer anacrónico un cine como el de Leone, quien gustaba de manejar un montaje con el que detener las secuencias alargándolas casi hasta la extenuación, ralentizando de esta forma la película como queda por ejemplo patente en la escena de la llegada del tren que trae al personaje de Charles Bronson en Hasta que llegó su hora (1968) o el duelo a tres bandas con el que culmina El bueno, el feo y el malo (1966). Un recurso que el cineasta manejaba como nadie para así lograr la mayor inmersión por parte del espectador en estos momentos tan críticos y seminales dentro de sus películas sin que por ello resultaran en una ruptura del ritmo de la misma, todo ello dado el sobresaliente manejo que Leone hacía de estas secuencias así como del timing narrativo. Y es que el cine de Leone es de los que exigen por parte del espectador paciencia y tiempo, no es baladí que la duración media de sus películas fuera de cerca de dos horas y media llegando hasta esas cerca de cuatro horas de metraje de Erase una vez en América (1984). Pero el tiempo no pesa si lo que estamos disfrutando es de enormes títulos dentro de la historia del cine.    

VIOLENCIA SIN FILTROS

Puede que vistas hoy día las películas de Leone no resulten todo lo violentas que en realidad eran, lo mismo que sucede al compararlas con un spaguetti western que a cada nuevo estreno iría incrementando los niveles en el uso y abuso de la violencia. Sin embargo, el cine del director de El coloso de Rodas (1961) destaca no solamente por el uso en pantalla de la violencia más gráfica, siendo en cierta manera precursor de un Sam Peckinpah que llevaría la misma a su máximo paroxismo, sino por la eliminación de cualquier tipo de código ético en su utilización, por lo que podemos ser testigos de elementos de violencia ejercidos sobre niños o mujeres, como bien podemos apreciar en la escena de arranque de Hasta que llegó su hora (1968), la cual sirve además para presentar en sociedad a un personaje tan repulsivo como el de Frank dejando patente hasta donde llega su maldad, lo mismo que sucedía por ejemplo con el villano de La muerte tenía un precio (1965) encarnado con absoluta genialidad por Gian Maria Volonté. No es baladí que estos títulos tuvieran en cierto modo su capa de polémica en el momento de su estreno precisamente por esa presencia tan soez de una violencia sin filtros marcada por un Leone que dejaría de lado la estética de estos momentos para mostrarlos en pantalla con toda su crudeza.  

ESCENARIOS MITICOS

En la ya mencionada reformulación del western que el cine de Leone abordara no podemos dejar de mencionar los escenarios en los que el cineasta enmarcaría sus películas. Y es que si John Ford sería recordado por esos planos generales mostrando las llanuras y las colinas monolíticas tan características de Monument Valley, Leone conferiría esencia propia a su particular cine del oeste ubicando sus historias en desiertos infinitos y pequeñas poblaciones ruinosas, siendo esas las localizaciones más adecuadas para el tipo de historias filmadas por el cineasta. La búsqueda de estos escenarios propiciaría la presencia de Leone y su equipo en tierras españolas, con lugares como el Desierto de Tabernas o Sierra Alhamilla como míticos para el amante del cine de este director, convirtiendo de esta forma a Almería en la cuna del spaguetti western y plató natural donde se rodarían infinidad de películas dentro de este subgénero.    


Sergio Leone es uno de esos cineastas que gracias a su particular manera de entender y filmar el cine se ha convertido, a pesar de una sobresaliente pero escasa filmografía, en todo un mito para el aficionado así como en un referente estético y narrativo de no pocos cineastas que vendrían más tarde. Un tipo capaz de estrenar su trilogía del dólar en tan solo tres años así como de preparar durante más de una década su película más ambiciosa y personal, Erase una vez en América. Lástima que su temprana muerte con apenas sesenta años nos privara de ver en pantalla alguna obra maestra más orquestada por este cineasta tan particular. 

martes, 20 de mayo de 2025

SESIÓN GOLFA

WATCHMEN

Sin ser su director un hombre acostumbrado a filmar escenas de sexo, la película de Zack Snyder aborda el encuentro sexual entre los personajes de Espectro de Seda y Búho Nocturno a través de una secuencia llena de elegancia, mostrada a ritmo de cámara lenta, una de las especialidades del director de 300, y enmarcada por la soberbia canción de Leonard Cohen Hallelujah, una excelente elección por la forma en que es utilizada en la escena. De esta manera toda la relación sexual irradia un estilo visual y estético tremendamente cuidado donde no hay lugar para la improvisación y que acaba complementándose con un aire de sorna francamente divertido que finaliza con ese lanzamiento de la llamarada como metáfora orgásmica y que es expelida por la nave Archie. Hallelujah.

miércoles, 7 de mayo de 2025

LA CARA B DE HOLLYWOOD

LOLITAS EN EL CINE

Publicada en 1955, la novela de Vladimir Nabokov Lolita, un título embarrado por la polémica propia de presentar la obsesión sexual de un hombre adulto por una niña de doce años de quien acabará siendo su padrastro, no solo se convertiría con el tiempo en una obra de culto celebrada como obra maestra de la literatura universal contemporánea, sino que serviría para dar con la palabra utilizada para definir desde ese momento a las chicas adolescentes con un elevado componente erótico y maduro en su forma de ser y comportarse, así como poseedoras de una presencia física e intelectual marcada por una enorme sensualidad, creándose de esta manera una controvertida dicotomía entre la niña que es y la mujer que aparenta ser. Y es que desde ese momento estas muchachas serían denominadas como Lolitas.

Stanley Kubrick, amigo de embarcarse en proyectos marcados por su carácter polémico y transgresor, no dejaría pasar la oportunidad de adaptar al cine la novela de Nabokov, estrenando su adaptación de la misma en 1962 y siendo este uno de esos títulos que siempre se recuerdan y ponen sobre la mesa a la hora de hablar de películas presididas por la controversia y el debate, siendo atacada en el momento de su estreno tanto por la iglesia católica como por los estamentos más conservadores dentro de Estados Unidos, suponiendo la disputa entre autor y censores uno de los motivos que provocarían que Kubrick acabara mudándose de manera permanente a Reino Unido. De nada serviría modificar alguno de los diálogos más ofensivos de la película o hacer que el personaje de Lolita pasará de tener doce a catorce años y fuera interpretada por una Sue Lyon que por aquel entonces contaba con dieciséis años, Lolita se postularía para ciertos sectores de potenciales espectadores como sinónimo de polémica e incluso en algún caso de depravada obra visual. En el caso de la joven actriz encargada de dar vida a este personaje decir que tras una prometedora década de los sesenta trabajando para directores como John Huston, John Ford, Gordon Douglas o Irvin Kershner además del propio Kubrick, acabaría apareciendo en discretas producciones de serie B en los años setenta para dejar definitivamente la interpretación en 1978.

Kubrick sería de esta manera el primer cineasta en utilizar la figura de la Lolita en su nueva acepción no exenta de un alto componente sexual, no siendo sin embargo el único caso de una película donde este tipo de personaje tiene un peso fundamental en la trama. De hecho en 1997 se estrenaría un remake del título de Stanley Kubrick dirigido por un Adrian Lyne al que siempre le ha gustado jugar en su cine con el sexo en su vertiente más polémica, como hiciera en títulos como 9 semanas y media, Atracción fatal, Una proposición indecente o Infiel. En esta ocasión sería Dominique Swain quien se estrenara delante de las cámaras dando vida al objeto de deseo de un profesor Humbert interpretado por Jeremey Irons, estando la carrera cinematográfica de esta intérprete, y a pesar de lo potente de su primera aparición en pantalla, presidida en lo sucesivo por películas de serie Z. Destacar asimismo que en esta nueva versión la encargada de dar vida al personaje de Charlotte Haze sería Melanie Griffith, quien curiosamente había dado vida en sus primeras apariciones en cine a personajes con aura de Lolita, como sucede con la Schuyler Devereaux de Con el agua al cuello o la Delly Grastner de La noche se mueve, donde trataría de seducir a pesar de su juventud, todavía no había cumplido la mayoría de edad, a dos titanes cinematográficos de la talla de Paul Newman y Gene Hackman.

Si hablamos del término Lolita en el cine obvio es que no podemos dejarnos de lado el papel de prostituta de Jodie Foster en Taxi driver, quien con tan solo trece años dejaría constancia de su enorme talento interpretativo logrando crear un personaje que lamentablemente para la actriz traspasaría las pantallas del cine, pasando de esta manera de tratar de seducir en la ficción al icónico Travis Bickle al que da vida Robert De Niro a realmente llegar a enloquecer a un John Hinckley Jr. quien, obsesionado con la actriz tras verla en la película de Martin Scorsese, atentaría contra la vida del Presidente Ronald Reagan para así tratar de llamar la atención de la futura Clarence Starling de El silencio de los corderos. Coetánea de Jodie Foster sería una Brooke Shields que revolucionaría las plateas de cine debido a sus controvertidos papeles en La pequeña o El lago azul, donde jugaría al despiste haciendo uso de un rostro aniñado y lleno de inocencia frente a unas intenciones de mujer adelantada a su edad. Shields interpretaría ambos títulos con apenas trece y quince años, lo que multiplicaría la polémica que en especial suscitaría la cinta de Louis Malle, en la que da vida a una precoz prostituta con vivencias de adulta y cuerpo de niña.

Llegados ya los ochenta seríamos testigos del inicio de la carrera de una Jennifer Connelly que en sus primeros papeles en películas del calado de Erase una vez en América o Dentro del Laberinto usaría efectivamente ademanes de Lolita, especialmente en el testamento cinematográfico de Sergio Leone, donde detrás de esa imagen inicial que proyecta su personaje de niña apocada y aficionada a la danza se escondía una madurez y descaro capaz de desarmar a un joven con capacidad para ganarse la vida en las calles de la Manhattan de 1920 dejando para ello de lado una ética y una moral que sin embargo quedaban en nada a cada nuevo encuentro con ese primer amor de juventud representado por la actriz de Una mente maravillosa.  

En el caso de la Kirsten Dunst de Entrevista con el vampiro la imagen de vampiresa, nunca mejor dicho, ofrecida por la jovencísima actriz, de tan solo doce años en el momento de filmar la película, tiene trampa, y es que si bien presenta cuerpo y rostro de niña, es toda una mujer con más de seis décadas a sus espaldas, lo que genera un antagonismo entre su comportamiento, propio de la adulta que es, y su aspecto de niña de dorados rizos al más puro estilo Shirley Temple, logrando merendarse en escena a galanes con las hechuras y experiencia de Tom Cruise, Brad Pitt o nuestro Antonio Banderas.

Otra actriz que, como en el caso de Jodie Foster, lograría impactar en el público gracias a Martin Scorsese sería Juliette Lewis, quien en El cabo del miedo daría vida a una adolescente capaz de jugar de tú a tú con un desalmado psicópata tatuado a quien volvería a dar vida Robert de Niro, siendo representativa la escena, improvisada por cierto, en la que el personaje de Max Cady, el villano de la función, introduce con lascivia el pulgar en la boca de la joven, a la sazón la hija de su víctima, dando como resultado que el seductor acabe siendo seducido por la niña. Y si hablamos de relaciones con cierto poso de antinaturales entre un psicópata y una niña, en España tendríamos un ejemplo perfecto con la desasosegante Desvío al paraíso, donde Charles Dance compone un enorme villano cuyo único talón de Aquiles es su interés por Sara, la hija de una de las mujeres que vive en el edificio residencial donde este hombre trata de ocultarse.

Mena Suvari legaría una de esas imágenes icónicas en el cine gracias a la secuencia en la que aparece desnuda en un mar de pétalos rojos, siendo nuevamente el objeto de deseo de un hombre de mediana edad, una de las directrices que marcan en ocasiones la irrupción de estas Lolitas cinematográficas, contraponiéndose el deseo de ellas por abordar comportamientos y situaciones propias de los adultos que todavía no son mientras que en el caso de ellos, hombres en mitad de la crisis de la mediana edad, les mueve esa necesidad de seguir resultando atractivos para el sexo femenino, y que mejor si este sentimiento se desata en unas jóvenes en sus primeros escarceos amorosos. Y esa irrupción en escena tan pictórica por parte de la actriz de American Pie en mitad de una cama de rosas nos retrotrae a la presentación en sociedad de una Uma Thurman de dieciocho años replicando en Las aventuras del barón Munchausen la obra de Sandro Botticelli El nacimiento de Venus.

Pero si hablamos de Lolitas en el cine no podemos dejar de lado las primeras apariciones en la pantalla de Natalie Portman, quien con tan solo doce años seduciría a un letal y maduro asesino en Leon, el profesional, creándose entre ambos personajes una relación de índole sentimental tan evidente que hubo de rebajarse la misma en la mesa de montaje dejando en la misma escenas que no dejaban lugar a dudas del tipo de relación existente entre ambos personajes. Portman postergaría además su figura de máximo exponente de la figura de Lolita de los noventa con su papel en Beautiful Girls, donde su personaje seguiría mostrando intereses románticos por hombres mucho más maduros que ella. Finalmente, y tal vez por dejar de lado esta imagen de niña rompecorazones acabaría claudicando en una relación sentimental donde ella sería cinco años mayor que su pareja, todo ello dando vida al personaje de Padmé Amidala en la segunda trilogía de Star Wars dirigida por George Lucas.

Otra actriz que en sus primeros papeles lindaría con el rol de Lolita sería una Winona Ryder que gracias a sus primeras apariciones, especialmente en la biográfica Gran bola de fuego, donde interpreta al interés romántico del artista Jerry Lee Lewis, quien realmente se casaría con una prima leja de apenas trece años, así como en Bitelchus, donde se trae un juego nada sano con el personaje al que da vida Michael Keaton, jugaría con esa imagen de niña de madurez antinatural. Imagen que en cierta manera trasladaría a su vida personal en el momento en que con diecinueve años se convirtiera en la novia de un Johnny Deep casi diez años mayor.

Sería otra adaptación literaria la que nos traería otro de los grandes exponentes de Lolita en el cine, en esta ocasión gracias a la obra de marcados tintes autobiográficos escrita por Marguerite Duras El amante, la cual sería adaptada para la pantalla grande por Jean Jacques Annaud. En esta ocasión la relación sentimental tendría lugar entre un maduro comerciante chino y una colegiala francesa de quince años en la Indochina francesa de finales de los años veinte, siendo la actriz y modelo inglesa Jean March quien de vida a esta joven, debutando de esta manera en el cine con un papel eminentemente controvertido y jugando en títulos posteriores como sucede con El color de la noche con esa imagen dual que tan bien transmite la intérprete de fragilidad y sensualidad.

La lista de ejemplos sería enormemente amplia, pudiendo de alguna manera incluir en la misma a la Drew Barrymore de Poison Ivy, la Reene Whiterson de Verano en Louisiana o la Chloë Grace Moretz de Kick-Ass por poner solo unos pocos ejemplos. Pero por aquello de cerrar el círculo concluiremos este recorrido con el personaje de Leelee Sobiesky en Eyes Wide Shut, dirigida por el mismo Stanley Kubrick que casi cuarenta años atrás estrenara Lolita, siendo esta de hecho su obra póstuma, y donde el papel de la intérprete de dieciséis años quedaría en el recuerdo de un título plagado de sexualidad, perversión y amoralidad, todo ello a pesar de dar vida a un personaje eminentemente secundario. Y si queremos que no queden fisuras en este cierre decir que Leelee Sobiesky audicionaría en su día para hacerse con el papel de Claudia en Entrevista con el vampiro, el cual acabaría interpretando Kirsten Dunst. Ahora sí, todo encaja. 

martes, 29 de abril de 2025

MI PRIMERA VEZ (SHARON STONE - RECUERDOS (1980)


SESIÓN GOLFA

SIN CITY

Frank Miller plasmaría en Sin City buena parte de todo aquello que más le gusta dibujar, a saber, una violencia sin freno, coches, pistolas, y como no, mujeres hermosas. Y Robert Rodríguez reproduciría fielmente ese universo tan personal a la hora de llevarlo a cabo en su adaptación cinematográfica. Es por ello que las dos entregas filmadas por el director de El mariachi están plagadas de bellas mujeres, con cierta predilección por la figura de la femme fatale así como con obsesión por resaltar su sexualidad como un arma a utilizar. Tal es el caso del personaje interpretado por Eva Green en la segunda entrega, lo que nos permite disfrutar de la actriz completamente desnuda y exudando erotismo en prácticamente cada fotograma en el que aparece. Sin embargo, si he de decantarme por un ícono de mujer dentro del universo de Sin City ese sería el de Lucille, que aunque más secundario frente a figuras con más fuerza como las de Nancy Callahan, Gail o Nancy, es uno de los pocos personajes íntegros de la trama. La bella Carla Gugino lograba transmitir además una interesante dicotomía entre un rostro de belleza inocente frente a un voluptuoso cuerpo que incitaba al pecado, tal como queda patente en la secuencia en la que acoge en su casa a un Marv herido tras su encontronazo con la policía. Puro Sin City.

viernes, 18 de abril de 2025

LA CARA B DE HOLLYWOOD

LA ISLA DEL DR MOREAU

Son varias las adaptaciones para cine y televisión que de la novela de H.G.Wells La isla del Dr. Moreau se han llevado a cabo, siendo las más conocidas la película de 1933 protagonizada por Charles Laughton y Bela Lugosi, la versión de 1977 con Burt Lancaster y Michael York en los papeles principales y el título que nos ocupa, el cual para su desgracia ha tenido a bien ser recordado por elementos que poco tienen que ver con las cualidades fílmicas de esta producción que a priori debiera haberse constituido como la gran adaptación cinematográfica de este relato.

A mediados de la década de los noventa Richard Stanley, un director y guionista Sudafricano que se había dado a conocer con películas dentro de la ciencia ficción de serie B como eran Hardware, programado para matar y El demonio en el desierto, por fin alcanzaría su sueño de dirigir la adaptación de la celebérrima historia escrita por H.G.Wells en 1895. Llevaba cuatro años peleando por llevar a buen puerto un guion escrito por el mismo y con el que trataba de dar a la novela de Wells su mejor adaptación cuándo New Line Cinema daría luz verde a la producción, teniendo a bien además el contar con este joven de treinta años para encargarse de dirigir el mismo la película. La incorporación del gran Marlon Brando dando vida al mismísimo Dr. Moreau haría que aumentara el presupuesto de este proyecto, llegando a costar un total de cuarenta millones de dólares, una cantidad nada desdeñable en aquel entonces. Es entonces cuando comenzaron los problemas. Marlon Brando haría lo que casi siempre en los rodajes, boicotearlos desde dentro, y eso que a pesar de no querer de inicio que un novato como Stanley dirigiera la película acabaría haciendo buenas migas con él. Aun así, además de no aprenderse una sola línea de guion, lo que obligó al uso de pinganillos para que le fueran recitando sus frases, el hecho de congeniar a las mil maravillas con el actor aquejado de enanismo Nelson de la Rosa devendría en la imposición de Brando de compartir prácticamente todas sus escenas con el intérprete dominicano haciendo además que ambos vistieran de igual forma en cada una de las secuencias compartidas. A todo esto no serían raras sus no comparecencias al rodaje, especialmente a raíz del suicidio de su hija Cheyenne, tragedia que tendría lugar en plena filmación de la película. Pero quien arruinaría la participación de Richard Stanley en su propia película no sería Brando sino un Val Kilmer que por aquel entonces ya tenía fama de complicado en los rodajes y que impondría a los productores de la película un cruel ultimátum, o Stanley o el. Así que de manera fulminante Richard Stanley sería despedido y acompañado hasta el aeropuerto de la isla australiana en la que se estaba llevando a cabo la filmación, debiendo embarcar en un vuelo que nunca tomó. Pero eso se entenderá más adelante.

Para suplir la ausencia de Stanley se decidió contratar a un director de la vieja escuela como era John Frankenheimer, reaizador de títulos como El mensajero del miedo, El hombre de Alcatraz, French connection 2 o El pacto del Berlín, confiando los responsables de la producción que un director de la veteranía de Frankenheimer supiera lidiar entre el duelo de egos que se evidenciaba entre Brando y Kilmer, uno representante del Hollywood clásico y el otro exponente de esas nuevas estrellas surgidas en los ochenta y primeros noventa. Pero nada se pudo hacer ante la pelea de gallos en la que se convertiría la producción, lidiando ambos intérpretes por ver quién era el más excéntrico de los dos y llegando el propio Frankenheimer a hacer pública su animadversión por Kilmer. Entre medio de esta batalla campal se encontraban los intérpretes David Thewlis y Fairuza Balk, y si mientras en el caso del primero fue advertido por el propio Brando de que abandonara una producción que el intérprete de El padrino consideraba maldita, en el caso de la actriz de Jóvenes y brujas llegaría realmente a intentar huir del rodaje siendo interceptada por miembros del equipo a tiempo y obligándola a cumplir con sus obligaciones contractuales.  

Pero el rodaje de La isla del Dr Moreau no solo se convertiría en un infierno por lo imposible que era el trabajar con dos de los actores más complicados de la Historia del Cine, sino que hay que sumar una serie de factores adicionales de esos que propician un título acabe considerándose maldito. Las localizaciones de la película tuvieron lugar en la jungla tropical de Cairns, en Australia, siendo el lugar azotado durante la filmación por huracanes e inundaciones varias. Asimismo no serían pocos los miembros del rodaje aquejados de enfermedades tropicales, y la entrada de droga en la filmación para intentar apaciguar unos ánimos alterados por las adversidades devendría en unas fiestas pasadas de vueltas y con ecos de bacanal protagonizadas por integrantes del equipo técnico y artístico. Y en medio de todo este caos una serie de episodios con toda la parafernalia propia de un sabotaje interno y que efectivamente estaba llevando a cabo un Richard Stanley que como apuntábamos nunca llegó a abandonar el lugar de rodaje y que llegaría a boicotear desde dentro algunas secuencias de la película ataviado como uno de los extras que daban vida a las diferentes criaturas del Dr. Moreau. Todo ello en aras de cumplir la promesa que hizo toda vez fuera despedido de malas formas de su propio proyecto, siendo esta la de convertir el rodaje en un infierno.

Probablemente todos estos factores contribuyeran de manera determinante a que la película cuente con un halo de bizarrismo que hace de su visionado una experiencia que si bien recoge todo ese caos en el que se convirtió la filmación, la ha acabado por convertir igualmente en la versión más oscura y adulta de la historia de Wells, siendo esa desde el principio la visión que quería Richard Stanley que tuviera su película. Así que de alguna manera sería el director despedido quien acabaría ganado la batalla frente a unos productores que nunca recuperarían su inversión y unos intérpretes que renegarían sistemáticamente de un título que pesa como una losa en todas y cada una de las filmografías de quienes participaron de este rodaje. De esta manera el infierno ideado por H. G. Wells en 1895 tendría su propia versión exactamente un siglo más tarde.  

lunes, 14 de abril de 2025

QUE HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ESTE

HOLLY HUNTER

Actriz menuda y talentosa que si bien se dio a conocer al gran público en 1989 de la mano de Steven Spielberg en su fallida Always, logró alcanzar su mayor momento de fama gracias a su interpretación de Ada McGrath en la conocida cinta El piano, aunque también es cierto que el foco de todas las grandes críticas a nivel interpretativo de la película, Oscar de la Academia incluido, recayeron en la por aquel entonces niña Anna Paquin. Es de esta manera y a partir de esta cinta que su presencia fue bastante destacada en la década de los noventa en títulos como La tapadera (1993), Copycat (1995), A casa por vacaciones (1995) o Crash (1996) entre otros.

Pero antes de todo esto, concretamente en 1981, Holly Hunter hizo su primer papel en cine con veintidós años en la terrorífica The burning, una de las múltiples imitaciones nacidas a rebufo del éxito que Viernes 13 había tenido apenas un año antes. Como curiosidad decir que la película está escrita por el otrora todopoderoso productor Harvey Weinstein. La actriz daba vida en esta ocasión a uno de los múltiples protagonistas cuya única función es la de morir a manos del asesino en serie de marras. En su defensa, The burning no fue ni de lejos la peor de las hijas putativas que tuvo la saga de Jason Voorhees.

Menos prolífica según han pasado los años y con una mayor presencia en televisión, parece que el momento de máximo apogeo de la actriz pertenece al pasado, aunque su presencia en títulos como Batman Vs Superman, El amanecer de la justicia, Los increíbles 2 o Estado eléctrico nos la devuelvan de vez en cuando a la primera línea.

MARCA DE LA CASA

MARTIN SCORSESE

Martin Scorsese se ha erigido en base a un trabajo arduo y constante como uno de los más grandes realizadores norteamericanos de las últimas cinco décadas. Si bien su cine no siempre se ha visto amparado por el beneplácito de crítica y público, quienes le han dado la espalda en no pocas ocasiones, la perspectiva del paso del tiempo han configurado en la filmografía de Scorsese una cierta catarsis de contenidos muy interesante, llegando a tocar multitud de géneros como el romántico, el drama, la comedia, el histórico o el musical, pero siempre con una serie de constantes fílmicas a reseñar. Estas son las marcas de la casa del cine de Scorsese.

DE PERDEDORES Y PERDIDOS

Los personajes de las películas de Scorsese se caracterizan por mantener una permanente aura de seres de segunda, perdedores impertérritos que además conocen sus limitaciones y se aceptan como son. No hallaremos en ese sentido héroes fílmicos de una pieza, personas con conciencias inmaculadas y carentes de debilidades. El director se inclina por protagonistas anodinos y con un poso de autodestrucción como el Travis Bickle de Taxi driver (1976) o el Rupert Pupkin de El rey de la comedia (1982). Incluso cuándo aborda llevar a la pantalla grande biografías de personajes como pueden ser el Jake La Motta de Toro salvaje (1980), el Howard Hughes de El aviador (2004) o el Jordan Belfort de El lobo de Wall Street (2013), se inclina por personalidades en los que pueda resaltar más sus miserias que sus virtudes y logros. El gran paradigma de esta idea es su Jesucristo humanizado de La última tentación de Cristo (1988), alejado de visiones más cercanas al aura Mesiánico del resto de producciones sobre el personaje.

NEW YORK, NEW YORK

Ese es el título de una de sus películas y también la ciudad que vio nacer al cineasta. En esta urbe metropolitana tan propicia para hacer cine ha ambientado Scorsese muchos de sus grandes títulos, mostrando además absolutamente todas las facetas de la ciudad. Su cara más oscura y sórdida mostrada mediante el rodaje nocturno en exteriores en Taxi driver (1976), su lado más glamuroso y artístico utilizando para ello grandilocuentes decorados en New York, New York (1977), sus barrios generadores de mitos del hampa en Uno de los nuestros (1990), su aspecto más refinado y naif del último cuarto del siglo XIX en La edad de la inocencia (1993), pero igualmente su vertiente más violenta y caótica que generó la propia creación de la ciudad a mediados del mismo siglo XIX en Gangs of New York (2002).

MELOMANIA

Scorsese es un apasionado de la música, algo que queda patente en la importancia que concede en sus películas a la banda sonora, la cual puede estar conformada por una pila de grandes títulos del rock, soul, blues… escogidos por el propio director o por composiciones creadas ex profeso para la película. Destacar en este apartado la forma en que el director utiliza en no pocas ocasiones los fondos musicales para jugar al contraste, compaginando secuencias marcadamente dramáticas con música que en apariencia no encajaría por su ligereza con las imágenes mostradas en pantalla o viceversa. El amor de Scorsese por la música resulta de esta forma perfectamente amparado en la necesidad de su inclusión en las películas del realizador. Pero esta pasión por la música no queda patente únicamente en sus películas de género, sino que Scorsese ha mantenido paralelamente una notable filmografía bien como director bien como productor de documentales sobre temas musicales donde da rienda suelta a su melomanía.

FIDELIDAD

Scorsese es un director leal a los que considera su gente. Buena prueba de ello se observa en cómo ha contado básicamente con dos únicos actores principales para sostener el grueso de su producción fílmica. Entre mediados de los setenta y mediados de los noventa sería Robert De Niro quien crearía grandiosos personajes que tienen buena parte de peso en la consideración de De Niro como uno de los más grandes intérpretes de la historia del cine, volviendo a contar con el intérprete de El irlandés en sus últimas producciones. Sería a raíz de su participación en Gangs of New York (2002) que se iniciaría un nuevo tándem creativo entre Scorsese y Leonardo Di Caprio, el cual les llevaría a trabajar juntos en cinco títulos en apenas una década, manteniendo igualmente este affaire a día de hoy. Otro ejemplo significativo es el affaire profesional que mantienen el director y su montadora de cabecera Thelma Schoonmaker, con quien no ha dejado de trabajar desde los primeros títulos de ambos a mediados de los sesenta. Y es que Scorsese es seguidor de la máxima que dice si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?

MAESTRIA TECNICA

La capacidad del director neoyorquino a la hora de manejar la cámara, encuadrar las tomas, dibujar sus películas o utilizar la voz en off es un ejemplo de actitudes narrativas que le otorgan la virtud de que si bien la mayoría de sus películas tienden a extender su metraje comercial hasta  duraciones que van de las dos horas treinta a las tres horas, están dotadas de un ritmo y una agilidad tal que el espectador no acaba hastiado de estas. Un gran exponente de este idea la encontramos en El lobo de Wall Street (2013), y es que hablamos de una obra que durante tres horas nos muestra en tono de comedia negra los avatares y desmanes de un timador de las altas esferas, mediante un suma un sigue de gags, discursos y viajes en montaña rusa que para nada llega a suponer un mínimo aburrimiento a lo largo de su visionado, lo mismo que sucede con El irlandés, su película más larga pero que en ningún momento se hace tediosa.

 

Martin Scorsese ha logrado de esta forma hacer de su gran pasión cinéfila no solo su profesión, sino su caballo de batalla mediante la recuperación, preservación y restauración de infinidad de grandes obras de la historia del cine, labor en la que también ha volcado sus esfuerzos. Su amor por el cine es tal que hoy en día, a sus más de ochenta años, mantiene la pasión, la garra y energía de sus primeros títulos, no bajando tampoco el acelerador en cuanto a su ritmo de trabajo, lo que nos permite seguir disfrutando de su trabajo en series, películas o documentales.

miércoles, 9 de abril de 2025

SESIÓN GOLFA

PROMESAS DEL ESTE

Viggo Mortensen siempre se ha caracterizado por preparar sus papeles a conciencia, llegando a lindar con eso que llaman El Método y dándolo todo por sus personajes. Así, en Promesas del este no tuvo reparos en someterse a largas sesiones de maquillaje para llenar su cuerpo de tatuajes o someterse a un duro entrenamiento para así poder dar el tipo como ese miembro de la mafia rusa al que interpreta en la película de David Cronenberg, siendo tal el pego que llegó a ser confundido realmente con un mafioso. Sin embargo, lo más celebrado de su papel sería una brutal escena de pelea en una sauna en la que el intérprete no tendría reparos en aparecer en un desnudo integral que dado el contenido de la secuencia tiene poco de erótico y mucho de violento, demostrando Mortensen que es uno de esos actores que lo dan todo si la película merece la pena.

domingo, 6 de abril de 2025

MI PRIMERA VEZ (LIAM NEESON - PILGRIM´S PROGRESS, 1978)

VIDEOS MUSICALES

PIRAÑA 3D (GET U HOME)

Una película como Piraña 3D no podía dejar de estar plagada de temas pegadizos y muy veraniegos que acompañen a las imágenes de la película, especialmente en los momentos en los que el director se recrea en escenas de fiestas en el muelle repletas de jóvenes, alcohol y agua. Es por ello que Get u home es un perfecto ejemplo de lo que hablamos, suponiendo el tema del rapero Schwayze la mejor carta de presentación que acompañe a los títulos de crédito iniciales. El vídeo musical de la canción es igualmente un buen exponente de una marca de la casa de Piraña 3D, chicas, chicas y más chicas. Ah, y buen rollito.

domingo, 30 de marzo de 2025

SESIÓN GOLFA

 AQUEL EXCITANTE CURSO

Phoebe Cates se hizo mundialmente famosa por su papel de Kate en la cinta de 1984 Gremlins, repitiendo rol en la secuela aparecida seis años más tarde. Es por ello que mucha gente tiene a la actriz idealizada como esa joven de bellas facciones y actitud angelical y dulcificada. Sorprende por tanto descubrir que Phoebe debutó en 1982 con tan solo diecinueve años en la película Paradise, copia indisimulada del éxito El lago azul (1980) donde la intérprete pasaba buena parte del metraje desnuda. Sin embargo fue en la película de ese mismo año Aquel excitante curso donde realizaría el top less que quedaría grabado en la retina del aficionado en la secuencia en la cual el personaje interpretado por Judge Reinhold tiene una fantasía erótica protagonizada por la guapa Linda, papel interpretado por Cates. Recordar como la escena acaba con una divertida resolución totalmente acorde con el tono de la película.

viernes, 28 de marzo de 2025

QUE HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ESTE

DEMI MOORE

Demi Moore enamoraría a medio planeta gracias a su dulce papel de Molly Jensen en Ghost, siendo esta la película que la catapultaría a una fama que postergaría los años siguientes participando en una serie de películas donde sabría sacar todo el partido del mundo a un potencial femenino mezcla de candidez y sexualidad en títulos como Una proposición indecente, Acoso o Striptease, título que la llevaría a convertirse en la actriz mejor pagada de Hollywood. Tras unos años trabajando por debajo del radar de la atención mediática ha vuelto a alcanzar una notable notoriedad gracias a su papel en La sustancia, película que ha posibilitado sea nominada al Oscar a Mejor Actriz.

Sin embargo, y como suele ser habitual en muchas compañeras de generación daría sus primeros pasos en el cine de la mano del terror, dada la confluencia entre la juventud de estas actrices y el auge que viviría este género durante la década de los ochenta. En el caso de Moore le tocaría lidiar a la edad de veinte años con Parasite, título estrenado en 1982 y dirigida por el polivalente Charles Band, director, guionista, productor y fundador de la Empire Pictures, distribuidora a la que le debemos títulos como Ghoulies, Reanimator o Dolls. Parasite es una muestra de serie B, la especialidad de Band, estrenada en el 3D de la época, con ecos del cine de Cronenberg, una criatura diseñada por el celebérrimo Stan Winston e influenciada en parte por el éxito de títulos como Alien o Mad Max.

La actriz, tras este mediocre debut, no tardaría en destacar en películas como Lío en río, St. Elmo, punto de encuentro o ¿Qué pasó anoche? para alcanzar sus mayores éxitos en la década de los noventa y primeros dos mil hasta ir perdiendo poder mediático conforme cumplía años, una idea perfectamente explotada en esa La sustancia que la ha devuelto a plena actualidad. Pero antes de lidiar con novios fantasmales, multimillonarios con proposiciones indecentes o duros entrenamientos militares, Moore se enfrentaría a un violento parásito creado en un laboratorio, todos tenemos un pasado. 

miércoles, 26 de marzo de 2025

LA CARA B DE HOLLYWOOD

 ANORA, ¿LA NUEVA SHOWGIRLS?

Anora se ha convertido en la gran triunfadora de los Oscar 2025 al hacerse con los galardones a Mejor Película, Dirección, Actriz Principal, Guion Original y Montaje amen de haber ganado la Palma de Oro en el Festival de Cannes entre otros galardones. La película de Sean Baker, un atinado coctel de drama, comedia y crítica social, ha sido por ello analizada, criticada y abordada desde todos los puntos de vista, aunque todavía no he leído ningún reporte que aborde una idea que a mí me ha venido a la cabeza tras visionar la cinta, y que versa sobre las similitudes entre una de las mejores películas estrenadas en 2024 y un título estrenado tres décadas atrás, Showgirls, según la crítica y el público del momento, uno de los peores trabajos cinematográficos que vieron la luz en 1995, una idea de la que por cierto difiero, posiblemente por mi pasión por el cine de Verhoeven. Tratemos de justificar esta comparativa.

Ambas películas están protagonizadas por personajes femeninos de una fuerza y determinación muy marcada, auténticas luchadoras que no se dejan amedrentar en un mundo que devora a las mujeres como ellas. Y aquí no hay lugar a dudas que el personaje dibujado por Baker e interpretado magistralmente por  Mikey Madison en una actuación plagada de matices está a años luz de la Nomi Malone marcada por la sobreactuación que Elizabeth Berkley ejecuta en su interpretación, y que aunque va en línea con ese estilo hiperbólico conscientemente buscado por Verhoeven en su película, es evidente está sujeta a las propias carencias dramáticas de Elizabeth Berkley así como a las limitaciones como escritor de un Joe Eszterhas que alcanzaría el Olimpo como guionista gracias a su trabajo en Instinto Básico, una película que cabe recordar tiene la base de su éxito no en el manido libreto de Eszterhas sino en la magistral puesta en escena de Verhoeven. En ambos casos además hay una coincidencia entre ambos personajes ligado a su trabajo como bailarinas eróticas de lap dance, instantes en los que son ellas quienes por la característica de esta práctica sexual creen tener el control de la situación no pudiendo estar más equivocadas.

Tanto Anora como Showgirls nos cuentan en parte la misma historia, una perversión de ese cuento de la dama en apuros que encuentra a lo que parece ser un príncipe azul que la salve de un destino desesperanzador, siendo en ambos casos ese personaje masculino un fraude que lo único que busca es aprovecharse de las dos protagonistas, en el caso de Vanya, el adinerado hijo de un oligarca ruso en Anora a través de su dinero y en el supuesto de Zack, quien puede convertir en estrella a Nomi en Showgirls mediante su poder. De esta forma podemos ver que tanto Anora como Nomi, a pesar de creer y tratar de hacer creer son personajes con una enorme fuerza, independencia y que no se dejan pisar ni amedrentar por nadie, acaban mostrando una enorme fragilidad, estando en todo momento, y aunque ellas crean lo contrario, a merced de los diferentes personajes que van encontrándose con ellas en su camino. Solo en el caso de las dos buenas amigas de ambas protagonistas se dibuja un poco de luz entre una caterva de figuras egoístas que lo único que hacen es aprovecharse de la vulnerabilidad de Anora y Nomi, aunque hay que decir que en el caso de la primera también podemos ver como el personaje de Igor muestra compasión por la protagonista.

Y a la hora de buscar paralelismos entre dos títulos en apariencia tan antagónicos podemos finalizar con el propio camino recorrido por las dos jóvenes en ambas películas, donde vemos como, tras llegar ambas a tocar el éxito con la punta de los dedos atisbando una posibilidad de poder dejar atrás una vida sobre la que no tienen ningún tipo de control y que las está devorando, acaban en los dos casos en el mismo punto de partida donde comenzaron ambas películas, Nomi haciendo autostop está vez para abandonar Las Vegas y Anora frente a las escaleras que conducen de nuevo a su casa.

Y si bien hemos detectado entre ambos títulos las semejanzas hasta ahora citadas, cabe reconocer se trata a la vez de dos películas muy diferentes entre sí, y así,  tenemos de una parte a un Sean Baker que, aunque por momentos juega con la comedia, está más centrado en la crítica social más desazonada con una Anora mostrando toda su vulnerabilidad en la emotiva escena de cierre, mientras que Verhoeven, como haría posteriormente en Starship Troopers, esconde su propia crítica a la sociedad del momento, que sigue hoy día siendo la misma que hace tres décadas, entre la hipérbole, la exageración y la aparente simplicidad narrativa. Y eso hace que mientras Anora es un personaje con mayúsculas, lleno de matices y registros, el de Nomi acaba siendo una más de las caricaturas que pueblan ese retrato descarnado de auge y caída que es Showgirls. Lo que no quita que esa Nomi Malone que trataba de hacerse un hueco como bailarina en los grandes casinos de la competitiva Las Vegas haría muy buenas migas con esta Ani Mikheeva que solo quería emular al personaje de Julia Roberts en Pretty woman encontrando a su príncipe azul entre una cohorte de canallas. 

martes, 18 de marzo de 2025

SESIÓN GOLFA

300, EL ORIGEN DE UN IMPERIO

Que Eva Green es lo mejor de la secuela de 300 es algo que poca gente duda. No solo por el jugoso personaje al que encarna y que sabe postular con su interpretación como el más y mejor desarrollado y potente de la película, sino por la propia fisicidad que la actriz otorga a esta brutal Artemisa, logrando un atrayente híbrido de sensualidad y letalidad, cual si de una mantis religiosa se tratara. Es por ello que en la secuencia del encuentro sexual entre esta y Temistocles esta simbiosis queda manifiestamente expuesta en lo que acaba resultando una feroz pelea con un componente sexual totalmente a flor de piel, donde la atracción y el odio que ambos personajes se profesan queda totalmente expuesto, y que lamentablemente para ambos acaba con un coitus interruptus, con lo que deberán acabar de resolver sus diferencias en el campo de batalla y no en la alcoba.