LOS SEÑORES DEL ACERO
Los señores del acero es una película con un alto contenido
sexual, y es que su director es un Paul Verhoeven que nunca se ha mostrado
pacato a la hora de mostrar en su cine la violencia o el sexo. Esta sexualidad
en la película se cimenta principalmente en el personaje al que da vida
Jennifer Jason Leigh. La actriz de cintas como Carretera al infierno, Última salida Brooklyn, Miami blues,
Mujer blanca soltera busca o la más reciente Los odiosos ocho, da vida a un
personaje que detrás de un aspecto exterior que destila candidez y dulzura
esconde a una mujer controladora, manipuladora y caprichosa, como queda
evidenciado desde su primera aparición en pantalla, cuándo obliga a su doncella a mantener relaciones sexuales
con un soldado únicamente para que ella pueda observarles.
Pero si hay una secuencia que represente a la perfección cómo el
personaje de Agnes utiliza su sexualidad como arma para manipular al líder del
grupo de mercenarios que la han raptado, logrando pasar de prisionera a amante
de Martín, o lo que es lo mismo, cabecilla en la sombra de esta comunidad no
dudando en jugar a dos bandas cuándo la ocasión lo requiera, es el momento de
la violación grupal, cuándo la joven pasa de víctima a verdugo.
Por cierto, le secuencia en la enorme tinaja de baño nos recuerda
a la que años más tarde filmaría el propio Verhoeven en Showgirls, en esta
ocasión en una lujosa piscina donde tendría lugar un encuentro sexual salvaje
entre los personajes de Nomi y Zack.
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