MARTIN SCORSESE
Martin
Scorsese se ha erigido en base a un trabajo arduo y constante como uno de los
más grandes realizadores norteamericanos de las últimas cinco décadas. Si bien
su cine no siempre se ha visto amparado por el beneplácito de crítica y
público, quienes le han dado la espalda en no pocas ocasiones, la perspectiva
del paso del tiempo han configurado en la filmografía de Scorsese una cierta
catarsis de contenidos muy interesante, llegando a tocar multitud de géneros
como el romántico, el drama, la comedia, el histórico o el musical, pero
siempre con una serie de constantes fílmicas a reseñar. Estas son las marcas de
la casa del cine de Scorsese.
DE PERDEDORES Y PERDIDOS
Los
personajes de las películas de Scorsese se caracterizan por mantener una
permanente aura de seres de segunda, perdedores impertérritos que además conocen
sus limitaciones y se aceptan como son. No hallaremos en ese sentido héroes fílmicos
de una pieza, personas con conciencias inmaculadas y carentes de debilidades.
El director se inclina por protagonistas anodinos y con un poso de
autodestrucción como el Travis Bickle de Taxi driver (1976) o el Rupert Pupkin
de El rey de la comedia (1982). Incluso cuándo aborda llevar a la pantalla
grande biografías de personajes como pueden ser el Jake La Motta de Toro
salvaje (1980), el Howard Hughes de El aviador (2004) o el Jordan Belfort de El
lobo de Wall Street (2013), se inclina por personalidades en los que pueda
resaltar más sus miserias que sus virtudes y logros. El gran paradigma de esta
idea es su Jesucristo humanizado de La última tentación de Cristo (1988),
alejado de visiones más cercanas al aura Mesiánico del resto de producciones
sobre el personaje.
NEW YORK, NEW YORK
Ese
es el título de una de sus películas y también la ciudad que vio nacer al
cineasta. En esta urbe metropolitana tan propicia para hacer cine ha ambientado
Scorsese muchos de sus grandes títulos, mostrando además absolutamente todas
las facetas de la ciudad. Su cara más oscura y sórdida mostrada mediante el rodaje
nocturno en exteriores en Taxi driver (1976), su lado más glamuroso y artístico
utilizando para ello grandilocuentes decorados en New York, New York (1977), sus
barrios generadores de mitos del hampa en Uno de los nuestros (1990), su
aspecto más refinado y naif del último cuarto del siglo XIX en La edad de la
inocencia (1993), pero igualmente su vertiente más violenta y caótica que
generó la propia creación de la ciudad a mediados del mismo siglo XIX en Gangs
of New York (2002).
MELOMANIA
Scorsese
es un apasionado de la música, algo que queda patente en la importancia que
concede en sus películas a la banda sonora, la cual puede estar conformada por
una pila de grandes títulos del rock, soul, blues… escogidos por el propio
director o por composiciones creadas ex profeso para la película. Destacar en
este apartado la forma en que el director utiliza en no pocas ocasiones los
fondos musicales para jugar al contraste, compaginando secuencias marcadamente
dramáticas con música que en apariencia no encajaría por su ligereza con las
imágenes mostradas en pantalla o viceversa. El amor de Scorsese por la música
resulta de esta forma perfectamente amparado en la necesidad de su inclusión en
las películas del realizador. Pero esta pasión por la música no queda patente
únicamente en sus películas de género, sino que Scorsese ha mantenido
paralelamente una notable filmografía bien como director bien como productor de
documentales sobre temas musicales donde da rienda suelta a su melomanía.
FIDELIDAD
Scorsese
es un director leal a los que considera su gente. Buena prueba de ello se
observa en cómo ha contado básicamente con dos únicos actores principales para
sostener el grueso de su producción fílmica. Entre mediados de los setenta y
mediados de los noventa sería Robert De Niro quien crearía grandiosos
personajes que tienen buena parte de peso en la consideración de De Niro como
uno de los más grandes intérpretes de la historia del cine, volviendo a contar
con el intérprete de El irlandés en sus últimas producciones. Sería a raíz de
su participación en Gangs of New York (2002) que se iniciaría un nuevo tándem
creativo entre Scorsese y Leonardo Di Caprio, el cual les llevaría a trabajar
juntos en cinco títulos en apenas una década, manteniendo igualmente este
affaire a día de hoy. Otro ejemplo significativo es el affaire profesional que
mantienen el director y su montadora de cabecera Thelma Schoonmaker, con quien
no ha dejado de trabajar desde los primeros títulos de ambos a mediados de los
sesenta. Y es que Scorsese es seguidor de la máxima que dice si algo funciona,
¿para qué cambiarlo?
MAESTRIA TECNICA
La
capacidad del director neoyorquino a la hora de manejar la cámara, encuadrar las
tomas, dibujar sus películas o utilizar la voz en off es un ejemplo de actitudes
narrativas que le otorgan la virtud de que si bien la mayoría de sus películas tienden
a extender su metraje comercial hasta duraciones
que van de las dos horas treinta a las tres horas, están dotadas de un ritmo y
una agilidad tal que el espectador no acaba hastiado de estas. Un gran
exponente de este idea la encontramos en El lobo de Wall Street (2013), y es
que hablamos de una obra que durante tres horas nos muestra en tono de comedia
negra los avatares y desmanes de un timador de las altas esferas, mediante un
suma un sigue de gags, discursos y viajes en montaña rusa que para nada llega a
suponer un mínimo aburrimiento a lo largo de su visionado, lo mismo que sucede
con El irlandés, su película más larga pero que en ningún momento se hace
tediosa.
Martin Scorsese ha logrado de esta forma hacer de su gran pasión cinéfila no solo su profesión, sino su caballo de batalla mediante la recuperación, preservación y restauración de infinidad de grandes obras de la historia del cine, labor en la que también ha volcado sus esfuerzos. Su amor por el cine es tal que hoy en día, a sus más de ochenta años, mantiene la pasión, la garra y energía de sus primeros títulos, no bajando tampoco el acelerador en cuanto a su ritmo de trabajo, lo que nos permite seguir disfrutando de su trabajo en series, películas o documentales.
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