sábado, 25 de mayo de 2024

3. BATMAN


BATMAN


Año de Producción                             1989
Duración                                             126´

FICHA TÉCNICA

 

Dirección                    Tim Burton 

Guion                          Sam Hamm/Warren Skaarem                                                               
Fotografía                   RogertPratt

Música                        Danny Elfman

Producción                 Peter Guber/Jon Peters

INTERPRÉTES

Jack Nicholson           Jocker/Jack Napier
Michael Keaton           Batman/Bruce Wayne
Kim Basinger              Vicki Vale
Robert Wuhl                Alexander Knox
Pat Hingle                   Comisario Gordon
Billy Dee Williams       Harvey Dent
Michael Gough           Alfred
Jack Palance              Carl Grissom
Jerry Hall                    Alicia Hunt 

SINOPSIS

Siendo solo un un niño, Bruce Wayne, el hijo de un acaudalado matrimonio, presencia el asesinato de sus padres a manos de un criminal de poca monta. Años más tarde y traumatizado desde su trágica vivencia decide enfrentarse, amparado en su alter ego, Batman, contra una ciudad corrompida e inundada por la delincuencia, donde es el jefe de la mafia quien gobierna Gotham City a pesar de los vanos intentos del fiscal jefe y el comisario por restablecer la paz y el orden. La situación se verá además agravada al hacer su aparición en escena un enigmático y anárquico personaje de nombre Joker, quien pretende hacerse con el control de Gotham City, no dudando en asesinar a quien se interfiera en su camino.

COMENTARIO

El éxito de crítica y sobre todo público de su anterior trabajo, Bitelchus (1988), permitiría a Tim Burton afrontar el reto de llevar a la gran pantalla el tebeo creado en 1939 por Bob Kane y Bill Finger, proyecto largamente acariciado por la productora Warner Bros y que finalmente pudo ver la luz en el cincuenta aniversario de la salida del número uno de las aventuras del hombre murciélago, contando para la ocasión con un holgado presupuesto de casi cuarenta millones de euros. La implicación de Burton en el proyecto, el cual haría suyo, se plasma en cada uno de los fotogramas que componen la película ya que la esencia del director californiano es más que evidente en el resultado final. Burton obviaría por completo el tono colorista, camp e incluso algo infantiloide de la conocida serie televisiva de mediados de los sesenta, última aproximación hasta la fecha que se había hecho del personaje en el terreno audiovisual, para conferir a su propuesta un tono más oscuro y adulto, más acorde con las aproximaciones al comic de autores de culto como Alan Moore o Frank Miller. Para conferir a la cinta ese aire malsano y corrupto se contó con un diseño de producción de toques entre góticos y caóticos, en donde se conjuga a la perfección un aire retro tanto en el vestuario como en el conjunto de edificios y automóviles que contrastan exponencialmente con el armamento de Batman, liderado por un impresionante y vanguardista Batmovil. Precisamente uno de los puntos fuertes de la cinta es la ambientación de Gotham City, una ciudad de aire onírico que prácticamente solo se vislumbra de noche y entre una eterna neblina.

Destacar igualmente dentro del terreno técnico la impagable banda sonora de Danny Elfman, colaborador habitual de Burton y que compone una partitura de evidente aire épico desde la primera nota musical, la cual acompaña a la presentación de unos títulos de crédito que vemos deslizarse entre el inequívoco logo del hombre murciélago. Para dar la nota colorista y comercial a una música ciertamente tenebrista se le encargaría al músico Prince la composición de una canción con el nada confuso título de Batdance, y que adaptaba a las nuevas tendencias musicales del momento en parte la reconocible intro musical de la serie protagonizada por Adam West y Burt Ward.

Burton, reconocido por su tendencia a apostar en sus películas por personajes perdedores y con tintes oscuros, tiene en Batman el mejor ejemplo de héroe de comic que se adapte a sus constantes cinematográficas. En ese sentido apuesta por un Bruce Wayne/Batman misterioso, oscuro, devorado por sus traumas y ansioso de cobrarse venganza por estos. Ese doble rasero que mide a Batman entre los suyos como héroe pero también como villano se adapta de esta manera a las exigencias vitales de un Burton enemigo de los personajes totalmente positivos y puros en su concepción. Precisamente por este motivo en esta ocasión la historia, contrariamente a lo que pudiera parecer de inicio, cede el protagonismo al personaje del Joker, némesis de nuestro héroe, un ser todavía más cercano a los postulados de Burton, un villano inmisericorde que a su vez sufre sus propios traumas y debilidades.

La elección de los protagonistas tuvo un desarrollo diametralmente opuesto en virtud de los dos actores principales escogidos. De una parte Jack Nicholson en el papel de Joker fue una apuesta bastante en firme desde un primer momento (de hecho Bob Kane, creador del personaje, siempre lo tuvo en mente como un perfecto Joker), y ello a pesar de las exigencias tanto económicas como de planificación de rodaje del actor ganador de tres Oscar de la Academia, y que entre otras cosas le harían ganar al intérprete de Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) un total de cerca de noventa millones por Batman, todo ello gracias a negociar una participación tanto de la taquilla como del merchaindising de la película. El resultado de esta elección no puede ser mejor, ya que el histrionismo y las maneras del actor de El Resplandor (1980) encajan como un guante para dar vida a un desquiciado y pasado de vueltas Joker. Ese consenso a la hora de escoger intérprete no sucedería con Keaton, apuesta personal de Burton tras trabajar con él en la citada Bitelchus, y quien no era del agrado de los productores, tanto por su tendencia a rodar comedias, lo que podía romper esa idea de rodar una cinta que fuera vista desde un inicio por los espectadores como un acercamiento serio al personaje, así como por poseer un físico poco apropiado, 175 centímetros de altura y un cuerpo poco atlético. Es por este motivo que se durante el proceso de preproducción se barajarían otros muchos nombres entre los que destacan Mel Gibson, Tom Selleck, Kevin Costner o Pierce Brosnan, venciendo finalmente la tozudez de Burton todas las reticencias de los productores. Keaton demostró ser un perfecto Batman, solventando su problema de altura con unas botas con alzas y ejercitando el físico para poder manejarse con soltura dentro del traje de Batman, cuyo peso era de veinte kilogramos. Pero el momento en que dejó claro su validez como protagonista fue al vestirse la máscara del héroe, mostrando un rostro pétreo y de mentón anguloso perfecto para la pantalla. Junto a Keaton y Nicholson y cerrando el trío protagonista se contaría con la bella Kim Basinger, quien por aquel entonces se encontraba en uno de sus mejores momentos profesionales tras protagonizar la encendida Nueve semanas y media (1986), papel que la encumbraría como la nueva sex symbol del cine mundial. Basinger interpreta a Vicky Vale en un papel meramente de relleno, no siendo su presencia determinante en ninguna de las líneas de guion de la película. Pero más allá de este trío de estupendos actores hay que reconocer el trabajo de un elenco de secundarios de auténtico lujo. La película contó entre otros con nombres como los de Billy Dee Williams el inolvidable Lando Calrissian de la saga galáctica de George Lucas, Jack Palance nuevamente en un impagable rol de villano al que tan bien nos tenía acostumbrados en títulos como Arma joven (1988) o Tango y Cash (1989), el veterano Pat Hingle, ligado al papel de comisionado Gordon durante toda la saga dirigida tanto por Burton como por Joel Schumacher, Robert Wuhl, habitual secundario en títulos como Good morning Vietnam (1987), Los búfalos de Durham (1988) o El guardaespaldas (1992) o Michael Gough, perfecto en su papel de mayordomo Alfred y a la altura del Michael Caine de la renovada saga dirigida por Christopher Nolan iniciados los dos mil.

El colosal éxito en taquilla de Batman llevó a la realización de toda una saga, cuya primera secuela dirigió el propio Burton en 1992 y que se encuentra a la altura de la presente película, donde hay que destacar el papel de Michelle Pfiffer como la más sexy y mejor Catwoman vista en pantalla. La tercera y cuarta entrega fueron a parar a manos de Joel Schumacher quien dilapido el legado de Burton ofreciendo unas películas  tan caricaturescas como vacías en contenido, mucho más cercanas, estas sí, al estilo puramente camp y estrafalario de la serie televisiva de los sesenta. Afortunadamente el director Christopher Nolan ofrecería una nueva trilogía que devolvería al personaje de Batman al lugar donde se merece, y donde la parte netamente oscura y sombría del personaje pesa más que el mero espectáculo de viñetas presente en alguna de las citadas aproximaciones, siendo este personaje rescatado igualmente por Zack Snyder en su tristemente fallido intento de crear un universo cinematográfico basado en los personajes de la editorial DC. En este sentido podemos llegar a comparar las cintas de Nolan con las de Burton en el hecho que ambas sagas prestan tanta atención al apartado visual y de acción pura y dura, demostrando de paso Tim Burton ser capaz de llevar a buen puerto secuencias más dinámicas a las que estaba acostumbrado, como a la línea más emocional e interior de los personajes que pululan por pantalla.

El título de Burton va más allá de erigirse como una excepcional aproximación al  conocido personaje creado en 1939, y es que supuso el pistoletazo de salida para la eclosión de todo un subgénero cinematográfico consistente en la adaptación a la pantalla grande de los personajes más populares del mundo del comic, y que desde el Superman (1979) de Richard Donner apenas había dado muestras de calidad en sus versiones cinematográficas. Fue a partir del éxito de Batman que otros personajes como Spiderman, Blade, Capitán América, Thor, el propio Superman… así como versiones más maduras de comics de culto como La liga de los hombres extraordinarios (2003), V de vendetta (2006), 300 (2007) o Watchmen (2009) desfilarían a lo largo de múltiples adaptaciones cinematográficas haciendo de las viñetas excelentes fuentes de inspiración de guiones que adaptar al formato del celuloide.      

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