AÑO: 2000
DURACIÓN: 150´
DE QUE VA: Tras una gran victoria sobre los
bárbaros el Emperador Marco Aurelio decide que sea Máximo, el General de sus
ejércitos, quien herede su poder cuándo este falte. Pero el hijo del Emperador,
Cómodo, urdirá un cruel plan para hacerse con el mando del Imperio Romano.
QUIEN LA HACE: Un prolífico Ridley Scott (una
veintena de películas estrenadas en lo que llevamos de siglo) resucitaría
momentáneamente el género péplum con esta producción que nos devuelve el
esplendor de este tipo de súper producciones donde historia, épica y aventura
van de la mano.
QUIEN LA PROTAGONIZA: Russell Crowe interpretaría en
Gladiator el gran papel de su vida, Oscar de la Academia incluido, gracias al
personaje de Máximo. No le va a la zaga sin embargo un Joaquin Phoenix
igualmente soberbio como villano de la historia. Junto a ellos y en papeles más
secundarios veteranos de la talla de Richard Harris, Derek Jacobi u Oliver
Reed, quien fallecería durante el rodaje.
LO
QUE MÁS ME GUSTA: La
batalla con la que arranca la película contiene toda la esencia propia de un
tipo de secuencias que verían en Braveheart el primero de sus ejemplos
superlativos. Una banda sonora obra de Hans Zimmer que es una de las grandes
responsables del empaque de la propuesta de Scott.
LO
QUE MENOS ME GUSTA: Ese
empeño, en ocasiones artificial, por buscar en cada momento el resultar épica, lo que resta alma
a la película.
EXTRA: Si hablamos de péplum, gladiadores y venganzas, no podemos dejar de lado a la madre dentro de este tipo de películas, Espartaco.
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