Me casé con
una bruja (1942) 78´
El
candidato a gobernador Wallace Wooley hará suyo el mantra de muchos maridos
hastiados cuándo por fin pueda decir aquello de mi mujer es una bruja, el
problema es que se trate de la misma hechicera que siglos atrás maldijera el
apellido de su aspirante a pareja impidiéndoles ser felices en el amor.
El francés René Clair sabe sacar todo
el partido del mundo a una de inicio humilde comedia que logra enamorar al
respetable en base a su simpático argumento, unos personajes adorables y
francamente divertidos así como una Veronica Lake que hace imposible no
enamorarse de su personaje de inocente brujita con esa chispa de mala leche. Y
si, fue la precursora de la famosa serie que en los años sesenta llevaría a
todo el mundo a intentar mover la nariz al ritmo marcado por Elizabeth
Montgomery, aunque servidor prefiera a esa rubia de metro cincuenta con uno de
los peinados más icónicos de la historia del cine.
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