martes, 11 de noviembre de 2025

16. INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA

INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA


Año de Producción: 1984

Duración: 126´

FICHA TÉCNICA


Dirección                                 Steven Spielberg

Guion                                      Jeffrey Boam

Fotografía                               Douglas Slocombe

Música                                    John Williams

Producción                             Robert Watts

INTERPRÉTES

Harrison Ford                         Indiana Jones
Sean Connery                        Henry Jones
Denholm Elliott                       Marcus Brody
Alison Doody                          Elsa Schneider
John Rhys-Davies                  Sallah
Julian Glover                          Walter Donovan
River Phoenix                         Indiana Jones joven
Michael Byrne                         General Vogel

SINOPSIS

El arqueólogo Indiana Jones es contratado por el magnate Walter Donovan para que localice el Santo Grial, el cáliz usado por Jesucristo durante la Última Cena y que según cuenta la leyenda posee el poder de volver inmortal a quien beba de él. Indiana rechaza de inicio el encargo desconfiado ante la historia narrada, pero cambiará radicalmente de opinión cuándo le comuniquen que su padre, Henry Jones, que al igual que él es arqueólogo y profesor, desapareció misteriosamente mientras buscaba dicha reliquia.

COMENTARIO

Tercera entrega de la archiconocida saga creada a cuatro manos por George Lucas y Steven Spielberg, y que tras el interludio de Indiana Jones y el templo maldito (1984) vuelve sobre los pasos marcados por la primera entrega, En busca del arca perdida (1981). Así, Indiana vuelve a fijar su objetivo sobre una reliquia de tintes religiosos,  en la anterior ocasión lo fue el Arca de la Alianza, reencontrándose durante su travesía con varios de los personajes principales que vieran la luz en 1981 así como recuperando a los nazis como enemigos y competidores a la hora de hacerse con tal preciado botín. Pero quien piense nos encontramos ante un refrito de lo ya visto en la primera entrega está completamente equivocado, ya que la película contiene los suficientes elementos de interés y novedades como para volver a ofrecer un espectáculo cinematográfico de primer orden.

La película se inicia, como sucedía en los dos títulos anteriores siendo esta una de las marcas de la franquicia, con un prólogo de altura que narra toda una aventura completa independiente de la trama central. Pero en esta ocasión sirve además para mostrar en dicho preludio como adquiría el personaje central muchas de sus  señas de identidad. De esta manera, un joven Indiana Jones interpretado por el malogrado River Phoenix, nos muestra en dicha aventura como se hace con varios de sus afiches más representativos como son el sombrero de aventurero que le acompaña en todas sus aventuras o el látigo, conoceremos también el origen de su fobia por las serpientes así como el episodio por el cual acabaría con la barbilla marcada con una particular cicatriz. Y por si todo ello no fuera poco se presentará ante el espectador la figura de su padre, fundamental no solo dentro de la presente película sino como referente para entender toda la forma de ser y comportarse de Indiana. Y todo ello en apenas quince minutos de auténtico vértigo que suponen todo un excelente aperitivo de lo que está por venir.

La historia prosigue con la inevitable presentación de los nuevos personajes y del eje central sobre el que se desarrollará la trama, demostrando Spielberg no solamente que es un genio recreando secuencias espectaculares, las cuales llegaran más avanzada la película y con esa expresión tan circense de más difícil todavía como todo un principio a la hora de abordar las secuencias de acción, sino que deja patente que es igualmente un maestro a la hora de manejar los tiempos de una película, manteniendo un excelente tempo narrativo de inicio a fin y sin una sola secuencia que sobre o que resulte innecesaria, y eso que hablamos de una película que supera las dos horas de metraje, tiempo durante el cual habrá lugar para disfrutar de persecuciones, trampas, situaciones más ligeras impregnadas de un humor socarrón y mordaz y como no podía ser de otra manera tratándose del bueno de Indy, para el amor.

Harrison Ford continua resultando excelente en su papel de Indiana, aportando toda esa vis canalla y encantadora que tan bien sentaran a la hora de definir las bases del personaje en su primera aparición cinematográfica, manteniendo el actor de La guerra de las galaxias (1977) un nivel físico envidiable que le permitiría rodar buena parte de sus secuencias de acción de la película, y eso que contaba ya con cerca de cincuenta años en el momento del rodaje. Junto al actor principal de toda la saga y como uno de los mayores reclamos de la película  la posibilidad de poder disfrutar de un Sean Connery en auténtico estado de gracia interpretando al padre del arqueólogo, personaje basado a su vez en el propio progenitor de Spielberg. Ambos  actores nos obsequian de esta manera en aquellas escenas en las que comparten plano con las mejores secuencias de toda la película, como el momento en que  anudados juntos tratan de huir de una sala en llamas, resultando sin embargo curioso el hecho que Connery era tan solo doce años mayor que Ford, lo que evidenciaba por lo tanto la imposibilidad a niveles racionales de que pudiera ser realmente su padre, idea que sería eludida gracias a la magia del cine. Junto a la estupenda pareja encontramos a varios de los actores que participaran en la película originaria de la saga, como Denholm Elliot en uno de sus últimos papeles antes de fallecer apenas tres años más tarde como consecuencia de haber contraído el SIDA, quien interpreta a un despistado y cómico Marcus Brody en contraposición con la mayor seriedad de ese mismo rol en la entrega filmada ocho años atrás, así como volvemos a ver a John Rhys-Davies en el papel del afable Sallah. De esta manera se potenciaba la idea de continuidad de esta tercera entrega con En busca del arca perdida después que Spielberg quisiera dar a los aficionados una auténtica secuela de esta tras la ruptura narrativa y conceptual que supuso Indiana Jones y el templo maldito respecto tanto al fondo como a la forma de la cinta original. Como partenaire de Indiana y leit motive amoroso de la historia la película contó con una desconocida Alison Doody, quien borda su papel de mujer dura, fría y sin escrúpulos que sin embargo no puede evitar caer rendida a los pies de nuestro héroe, mejor dicho, de nuestros héroes. Doody apenas se prodigaría en el medio a pesar de haber participado en un mega éxito como el presente, rechazando inclusive participar en la trilogía sobre El señor de los anillos encarnando a Éowyn.


El éxito de la película sería brutal, con una recaudación total de cerca de cuatrocientos millones de euros de la época, demostrando los aficionados que todavía estaban ávidos de aventuras protagonizadas por Indiana Jones, lo que animaría en este caso a George Lucas a llevar adelante un proyecto que llevaba largo tiempo barruntando y consistente en mostrar al personaje de Indiana en una faceta educativa, pudiendo inculcar ciertos conocimientos generales simultáneamente a la presentación de las aventuras vividas por el personaje en su juventud. El resultado, la notable Las aventuras del joven Indiana Jones, que se mantendría en antena durante veintidós episodios y por cuya serie pasarían nombres tan importantes a nivel interpretativo y de dirección como los de Max Von Sydow, Christopher Lee, Billie August o Mike Newell entre otros muchos. Más adelante llegarían una cuarta y quinta película sobre el personaje, las cuales adolecen del tiempo transcurrido entre película y película debido entre otros problemas a desavenencias creativas entre Spielberg y Lucas, casi veinte años para ver en pantalla Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, la más floja de la saga, y más de treinta para una Indiana Jones y el dial del destino que si bien recupera en parte la esencia de la trilogía inicial, en especial de la primera y tercera entregas, ya contaría con un Harrison Ford excesivamente mayor para el papel de Indiana Jones. Las décadas transcurridas harían además perder a la franquicia esa aura tan ochentera de las tres primeras entregas, ya que en todos los años transcurridos la forma de rodar y ver el cine había cambiado sustancialmente. Nos quedamos de esta manera con una trilogía que con este Indiana Jones y la última cruzada mantiene ese aura de misticismo y cine de aventuras presente en la genial En busca del arca perdida, sin ningún tipo de complejos y casi a la altura de la primera película de una de las más grandes sagas cinematográficas de todos los tiempos.

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