AÑO: 2003
DURACIÓN: 137´
DE
QUE VA: Los fantasmas
del pasado volverán a hacer acto de presencia para tres amigos distanciados por
el paso del tiempo cuándo la hija de uno de ellos aparezca brutalmente
asesinada.
QUIEN
LA HACE: Diez años
más tarde de consagrarse definitivamente como uno de los grandes directores de
su generación gracias a Sin perdón, Clint Eastwood nos regalaría uno de sus
trabajos más imponentes, el cual vuelve a tratar sus temas de referencia, las
relaciones personales, la imposibilidad de huir del pasado y el uso de la
violencia como catarsis.
QUIEN
LA PROTAGONIZA: El
trío de amigos protagonistas está conformado por unos estupendos Sean Penn, Tim
Robbins y Kevin Bacon, siendo estos secundados por unos personajes femeninos
igualmente excepcionalmente interpretados por Marcia Gay Harden y Laura Linney.
Por último, entre los secundarios a disfrutar nombres como los de Laurence
Fishburne, la joven Emmy Rossum o el veterano Eli Wallach, compañero de
Eastwood en El bueno, el feo y el malo.
LO
QUE MÁS ME GUSTA:
Como la película resulta tremendamente dura sin que haga falta que Eastwood se
recree en secuencias abiertamente escabrosas. Ese montaje final gracias al cual
vemos en paralelo la confrontación entre los personajes a los que dan vida
Robins y Penn y la resolución oficial del caso del asesinato de la hija del
segundo.
LO
QUE MENOS ME GUSTA: El
personaje al que da vida Kevin Bacon queda deslucido frente a los imponentes
roles de los personajes de Penn y Robbins, lo mismo que sucede con la relación
de este con su mujer, máxime si la confrontamos con los respectivos matrimonios
de sus amigos de infancia en la película.
EXTRA:
Por temática y estilo
la película recuerda por momentos a Sleepers, con la que incluso comparte la
presencia en ambos títulos del actor Kevin Bacon.
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