MICHELLE PFEIFFER
Los
ojos más bonitos del cine contemporáneo se dieron a conocer mundialmente
gracias a su papel de trepa cocainómana Elvira Hancock en la estupenda El
precio del poder (1983). Sin embargo apenas un año atrás Michelle Pfeiffer
había formado parte de la innecesaria continuación del mega éxito que fue
Grease (1978) y que sin embargo no era tan infausta como se pretende hacer ver.
Y no lo era por dos motivos, la presencia siempre gratificante de la Pfeiffer y
un grupo de canciones que sin llegar a ser los títulos de culto de su
predecesora formaban una atractiva banda sonora. Cierto es que por lo demás la
cinta no hay por donde cogerla, con un sosias Maxwell Caulfield invirtiendo
papeles, ya que el interpretaría el rol de apocado muchacho que se enamora de
una ruda Michelle Pfeiffer. También se sustituyen los automóviles por
motocicletas, pero inexplicablemente volvemos a tener al actor de la cara
picada Dennis Stewart como villano de la función.
El
fracaso de la cinta afortunadamente no hizo mella en la carrera de la actriz,
otro cantar fue el caso de su compañero de reparto masculino que no levantaría
cabeza tras su desafortunado debut cinematográfico. Michelle Pfeiffer
encadenaría de esta manera continuos éxitos de crítica y público demostrando
ser una de las actrices más bellas de los ochenta, luciendo espectacularmente
en Lady Halcon (1985), más solventes, capaz de cantar estupendamente bien en
Los fabulosos Baker Boys (1989), medirse de tu a tu a Sean Connery en La casa
Rusia (1990) o cargar sin problemas con toda una película como hacía en Mentes
peligrosas (1995), e incluso cuándo se ponía a ello, sexy como ninguna, tal
como demuestra su Catwoman de Batman returns (1992), y es que nunca, por mucho
que Halle Berry luciera más carne que traje en Catwoman (2004), el personaje de
comic lució más espectacular que bajo la piel de una Michelle Pfeiffer que a
día de hoy continúa trabajando aunque espaciando sus apariciones
cinematográficas de cara a poder dedicar más tiempo a su familia. Y a nosotros
que nos pesa esta decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario