EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA
Año de producción 1989
FICHA TÉCNICA
Dirección Steven Spielberg
INTERPRÉTES
Karen Allen Marion Ravenwood
Paul Freeman Dr. René Bellog
Ronald Lacey Mayor Arnold Toht
John Rhys-Davies Sallah
Denholm Elliott Dr. Marcus Brody
Alfred Molina Satipo
SINOPSIS
El doctor Henry Jones es un afamado arqueólogo que tan pronto está dando clases en la universidad como se embarca en aventuras a lo largo y ancho de todo el mundo en busca de las más codiciadas piezas arqueológicas. Por esa razón, cuándo se presenta ante él un mecenas con pistas fiables sobre el paradero de la famosa Arca de la Alianza, pieza encargada por el mismo Yahveh y que según la leyenda contiene las tablas con los Diez Mandamientos, Jones no duda en lanzarse a una nueva aventura en busca de tan preciada obra. En su camino se reencontrará con viejos amores, antiguos amigos y se enfrentará una vez tras otra con los nazis, quienes tratan al igual que el arqueólogo de dar con tan preciada pieza.
COMENTARIO
¿Qué
sucede cuándo dos de los más importantes directores de cine de finales de los
setenta y primeros ochenta unen su talento? El resultado a esta pregunta la
tenemos contestada con En busca del arca perdida, la película que reescribió el
cine de aventuras, que terminaría por encumbrar a Spielberg como el director
más taquillero de su generación y que haría de Harrison Ford uno de los actores
más reconocidos de la historia del cine, amén de situarse como una de las cien
películas con mayor recaudación de todos los tiempos sin tener en cuenta
siquiera el valor de corrección de la inflación, lo que supone un plus frente a
producciones más cercanas en el tiempo dentro de esta lista de las más
taquilleras y en las cuales el precio de las entradas se ha duplicado respecto
al año de estreno de la cinta a la que nos referimos.
Spielberg
ya había dado sobradas muestras de su talento con obras tan importantes como
Tiburón (1975) o Encuentros en la Tercera Fase (1977), pero fue con el presente
título con el que se consagraría definitivamente como el Rey Midas de Hollywood
por su tendencia a convertir en enormes éxitos de taquilla todas sus películas,
convenciendo sus trabajos igualmente a la crítica. De esta manera En busca del
arca perdida se inicia con uno de los prólogos más famosos de la historia del
cine a ritmo además de una inolvidable
partitura musical escrita por John Williams. Este compositor de bandas sonoras
capitales en películas como Tiburón (1975), La guerra de las galaxias (1977),
Superman (1978) o E.T el extraterrestre (1982), crea en la película que inició
la saga sobre Indiana Jones una composición que todo aficionado sabe tararear
sin atisbo de duda, una obra que dota de grandeza a las imágenes rodadas por
Spielberg y que genera una sensación de cine épico a la ya de por si vistosidad
de la película. El famoso director de sempiterna gorra y eterna mirada juvenil
da buena muestra de su soberbio conocimiento del tempo narrativo ofreciendo una
obra sin fisuras, donde no se da respiro al espectador y continuamente están
sucediendo cosas, una vertiginosa montaña rusa de dos horas de duración, una
aventura que mezcla en un coctel de fantasía, mitología y datos históricos un
amalgama de fusión perfecta.
El
personaje de Indiana Jones había sido creado por el propio George Lucas, a la
sazón productor ejecutivo de la saga, casi diez años antes de rodarse la
película, y para su concepción se basó en los seriales de aventuras radiofónicas
así como en las novelas de bolsillo tan en boga en la década de los treinta e
inicios de los cuarenta, siendo fácilmente identificable tanto en el título que
nos ocupa como en las continuaciones que vendrían después un estilo enormemente
pulp que caracteriza la saga. En ese sentido se adivina cierta influencia a la
hora de disfrutar la película de personajes como La sombra, nacido en la radio,
o The phantom, en este caso creado para las páginas de los tebeos. Curiosamente
ambos personajes serían llevados al cine en la década de los noventa gracias a
las películas La sombra (1994) dirigida por Russell Mulcany y protagonizada por
Alec Baldwin y El hombre enmascarado (1996) a quien daría vida Billy Zane. El
más famoso arqueólogo cinematográfico y cuyo nombre Lucas puso como homenaje a
su perro, de nombre Indiana, estuvo a punto de ser interpretado por Tom
Selleck, quien finalmente declinó la oferta para decantarse por la serie de
televisión Magnum, una en principio mala elección siempre recordada a la hora
de hablar de actores que pudieron interpretar a personajes icónicos del cine y
finalmente no lo hicieron, aunque en defensa de Selleck hay que decir que la
serie de televisión escogida fue un éxito de la pequeña pantalla y uno de sus
papeles más recordados. Sería de esta manera como Harrison Ford pudo dar vida a
Indiana Jones, a quien aportaría todo el carisma que ya había insuflado al otro
gran personaje dentro de su prolífica carrera como actor, el Han Solo de la archiconocida
saga iniciada con La guerra de las galaxias. El actor y amante de la
carpintería logra aportar al personaje todo ese aire de chulería y picaresca
tan común en sus primeros papeles y que definiría a la perfección a Indiana,
además de su facilidad para meterse en líos así como su predisposición para
encontrar tiempo entre persecución y persecución para el amor. Junto a Ford,
quien además rodaría parte de las escenas de riesgo protagonizadas por su
personaje, nos encontramos con la actriz Karen Allen, una atípica partenaire
femenina que se alejaba conscientemente de los estereotipos de belleza racial
cuyo única misión era la de compensar el índice de testosterona tan presente en
producciones como la presente, aportando con Marion un personaje igualmente de
acción. Allen y Ford se reencontrarían casi treinta años más tarde
interpretando a los mismos personajes en la innecesaria Indiana Jones y el
reino de la calavera de cristal (2008) para cerrar la cuadratura en ese epílogo
que es Indiana Jones y el dial del destino (2023). Otros nombres a destacar son
los de Denholm Elliot como leal compañero de Jones en un papel que le dotaría
de una gran popularidad tras treinta años de carrera. El actor nacido en
Londres retomaría el papel de Dr. Marcus Brody en la tercera entrega de la
serie Indiana Jones y la última cruzada (1989) rodada tres años antes de su
fallecimiento como consecuencia del virus del Sida. John Rhys-Davies es otro de
los compañeros de Jones, y que al igual que Denholm Elliot retomaría su papel
en la película de 1989. Este actor de rostro fácilmente identificable gozaría
de mucha popularidad a comienzos de milenio por encarnar al enano Gimli en la
trilogía sobre El Señor de los anillos estrenada entre 2001 y 2003 y dirigida
por Peter Jackson.
La
impronta dejada por En busca del arca perdida generó como suele ser habitual en
estos casos toda una serie de imitaciones, algunas más acertadas y otras puras
y toscas copias de escasa calidad artística. Entre las primeras habría que
citar Tras el corazón verde (1984), donde se nota en su acabado final la
presencia del casi siempre acertado Robert Zemeckis en la dirección. Prácticamente
lo mismo podemos decir de su secuela, La
joya del Nilo (1985), ya sin Zemeckis en la dirección pero contando nuevamente
con el imponente trío protagonista conformado por Michael Douglas, Kathleen
Turner y Danny DeVito, y que continuaría
ofreciendo un digno espectáculo que combina aventuras, romance y humor. En el
segundo grupo podemos citar la versión de 1985 de Las minas del rey Salomón,
con un Richard Chamberlain algo impostado como Allan Quatermain, personaje que
retomaría en Allan Quatermain y la ciudad perdida del oro (1986), donde como
sucedía en el título pretérito le acompañaría como partenaire de correrías una
novata Sharon Stone.
En
busca del arca perdida ha quedado para la historia como una gran cinta de
aventuras, un título que recogía el testigo de aquellos clásicos protagonizados
por Errol Flynn, Burt Lancaster o Douglas Fairbanks para adaptarlos a una nueva
manera de disfrutar del cine, llevando a la pluscuamperfección todos los
elementos presentes en este tipo de cine, desde la música, las peleas y
persecuciones, los efectos especiales, hasta unos diálogos plagados de citas
para el recuerdo, todo ello para conformar una obra redonda que marcaría el
devenir posterior de todo un género cinematográfico. Y todo gracias a un profesor
Jones con querencia por hacer kilómetros y kilómetros a lo largo de todo el
planeta.
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