Harakiri
(1962) 132´
Un Samurái, tras agotar los dos años
de paro y ver que no hay opciones de entrar en batalla a largo plazo se
presenta en la casa del clan Iyi para que le dejen un hueco donde poder practicarse
el Harakiri. Pero antes de someterse a tan dolorosa muerte serán sus invitados
quienes, como sucede cuando toca oír las anécdotas familiares en la cena de
Navidad, escuchen atentamente y sin pestañear la historia que le ha llevado a
tomar tan dolorosa, nunca mejor dicho, decisión.
Para demostrar que el cine japonés no solo
vive de Akira Kurosawa, en esta ocasión sería Masaki Kobayashi el encargado de
servirnos esta obra maestra donde la aparente simplicidad de su puesta en
escena y de su historia esconde un peliculón de esos de disfrute reposado y calmado.
Con ese juego tan propio de este tipo de cine consistente en esconder una
historia dentro de otra, la película va desgranando sin prisa pero sin pausa
una trama que nos lleva hasta un final soberbio. Y si a eso le sumas unas
interpretaciones sublimes lideradas por ese Samurái en declive al que da vida Tatsuya
Nakadai, el resultado es de abrirse en canal.
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