GOLPE EN LA PEQUEÑA CHINA
Año de Producción: 1986
Duración: 99´
FICHA TÉCNICA
Dirección John Carpenter
Guion Gary Goldman/David Z. Weinstein
Fotografía Dean Cundey
Música John Carpenter/Alan Howarth
Producción Larry J. Franco
INTERPRÉTES
Kim Cattrall Gracie Law
Dennis Dun Wang Chi
James Hong David Lo Pan
Victor Wong Egg Shen
Kate Burton Margo
Donald Li Eddie Lee
Suzee Pai Miao Yin
SINOPSIS
Jack Burton es un rudo camionero que realiza una parada en el barrio chino de San Francisco, donde pasa la noche jugando y ganando dinero a su buen amigo Wang Chi. Al amanecer y para garantizarse el cobro de lo adeudado decide acompañar a este al aeropuerto, ya que ha de acudir a recoger a su novia, quien está a punto de llegar desde Pekín para contraer matrimonio. Cuando finalmente va a producirse el encuentro entre los novios un grupo de desconocidos rapta a la muchacha delante de los dos hombres y ante su asombro y sorpresa, originándose una persecución para liberar a la joven que llevará a Burton y Chi a introducirse en el inframundo que habita bajo la Pequeña China.
COMENTARIO
John Carpenter siempre ha dejado clara su animadversión
hacía la grandes productoras, algo que de una parte le ha llevado a tener que
realizar innumerables sacrificios y esfuerzos para poder sacar adelante
determinados proyectos cinematográficos a la vez que le ha proporcionado una
independencia artística total y absoluta, algo que trabajando bajo el respaldo
de una gran productora no habría podido lograr. Es por ello que cuándo la 20TH
Century Fox ofreció al director de La noche de Halloween (1978) la elevada
cifra de más de trece millones de euros para llevar adelante este proyecto a
Carpenter no se le ocurrió mejor idea que perpetrar la gran gamberrada que es
Golpe en la Pequeña China, un compendio que homenajea la novela barata tipo
pulp especializada en aventuras y tramas policiacas de segunda, el cine de
artes marciales setentero y la fantasía, todo bajo un evidenciado regusto a
serie B y con un predominante uso del humor como elemento cohesionador, todo
ello conscientemente buscado por el director, quien vio la oportunidad de
brindar su gran homenaje a este tipo de cine de segunda división que ha
perpetrado sin embargo innumerables títulos de puro entretenimiento para gozo
de todo tipo de espectadores.
La historia, inicialmente planteada como un western que
se desarrollaría a finales del siglo diecinueve, fue modificada para adaptarse
a una época contemporánea, mostrándose todo un mundo de fantasía y misterio
ubicado en el subsuelo, bajo el barrio de la Pequeña China. A pesar de la
simplicidad de una historia orquestada en torno a una constante persecución en
pos de liberar a la novia de Wang Chi y a la entrometida periodista Grace Law,
quien como la oriental cae en las garras del villano de la función, la película
muestra todo un recital de imaginación, simpático regusto a cine golfo de
segunda fila y secuencias para el recuerdo, mostrándose como una auténtica
montaña rusa que carece de paradas y que te mantiene pegado a la butaca durante
su algo más de hora y media de duración. Es por ello una consideración
fundamental la de acercarse a este título liberado de prejuicios y entrando sin
reproches en la gran broma creada por Carpenter, quien logra mantenernos con
una sempiterna media sonrisa durante toda la trama.
A pesar de esa apariencia de cine cutre y lleno de
defectos la película cuenta con varias bazas para demostrar que dicho estilo es
pretendidamente buscado. Podemos resaltar un más que interesante diseño de
producción que logra recrear no solo el barrio donde se inicia la trama y que
da nombre a la propia cinta, sino que inventa todo un universo subterráneo y
oculto lleno de pasillos, salas majestuosas y galerías plagadas de trampas.
Carpenter además fue muy meticuloso en ese aspecto, ya que quería autenticidad
en toda la simbología y caligrafía utilizada en el citado Barrio Chino. Esta
idea plasmada en los decorados puede extrapolarse igualmente a vestuario y
maquillajes, siendo especialmente reseñable la caracterización de un Lo Pai
anciano, enjuto y debilitado o las vestimentas que lucen Gracie y Miao cuándo
se encuentran bajo la tutela del villano. Lo mismo podemos decir de la caterva
de personajes imaginativos y fantasiosos que pueblan dicho mundo, de entre los
cuales podemos destacar a los tres tormentas, los espías de Lo Pai o la peluda
criatura que protagoniza el cierre de la cinta.
Kurt Russell, quien por aquel entonces se había
convertido en colaborador habitual de Carpenter y que de hecho es posiblemente
su actor más fetiche a lo largo de toda su filmografía llegando a protagonizar
cinco de sus películas, algunas de ellas
maravillas como 1997: Rescate en Nueva York (1981) o La Cosa (1982), dio vida
al protagonista de la historia dejando claro desde su primera aparición que se
trató de la mejor elección posible. Russell construye un auténtico antihéroe
bocazas, fanfarrón y chulo que sin embargo se las ingenia para en el momento
crucial hacer mutis por el foro casi siempre de manera involuntaria, siendo su
compañero Wang Chi, interpretado por Dennis Dunn, quien ejerza el papel de
héroe en la sombra. El actor protagonista demostraba de esta manera no
solamente ser uno de los duros del cine de acción más completos de los años
ochenta, sino que poseía una vis cómica de la que carecían prácticamente el resto
de actores de este género. Frente a Russell y Dunn un habitual de aquellos años
como James Hong, visto en múltiples papeles televisivos y cinematográficos y
que da vida a Lo Pan, el villano de la
película, una variante del archiconocido Fu Manchu, lo que potencia esa idea de
la película como imitación del cine casposo y cutre anteriormente citada. No
podemos obviar la presencia de Kim Cattrall como el objeto del deseo de nuestro
rudo protagonista. La belleza de la actriz la hacía perfecta para dar vida a la
audaz y a la vez algo impertinente
periodista Gracie Law, aunque hay que apuntar que como suele sucede en el cine
de Carpenter, en este caso tampoco habrá happy end en la relación entre los
personajes de Russell y Cattrall.
A pesar de que en el momento de su estreno supuso un fracaso de taquilla que acabaría por dinamitar para siempre las malas relaciones entre Carpenter y la industria, la película fue ganando adeptos gracias al bendito VHS hasta convertirse en título de culto, calificación que hoy en día todavía ostenta. Decir que esta mala acogida en taquilla de debió de una parte al hecho de no ser comprendida de inicio por el público la idea de Carpenter de perpetrar a través de esta gran broma un sentido homenaje a toda una forma de hacer cine, a lo que hay que unir un fin de rodaje y montaje posterior precipitado por el próximo estreno de una cinta de temática similar, El chico de oro (1986), lo que provocó el temor de la productora ante el tirón en la taquilla de Eddie Murphy, protagonista de esta otra aventura de tintes místicos y que llevó a la decisión de adelantar el estreno de Golpe en la Pequeña China, siendo sin embargo la perdedora en su particular duelo comercial con su prima hermana en cuánto a historia y trasfondo. Pese a todo, esta película se ha convertido con el paso de los años en todo un referente a la hora de hablar de buen cine homenajeando al mal cine, una obra socarrona, simpática y sin complejos que como tal ha de visionarse para poder disfrutar sin rubor de una película que evidencia la grandeza de su director, alguien que aún respaldado por una gran productora jamás traicionó sus principios ni su forma de ver, entender y realizar cine, su cine.
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