domingo, 20 de abril de 2025

10. WILLOW

WILLOW


Año de Producción: 1988

Duración: 120´

FICHA TÉCNICA

 

Dirección                                 Ron Howard

Guion                                      Bob Dolman

Fotografía                               Adrian Biddle

Música                                    James Horner

Producción                             Nigel Wooll

INTERPRÉTES

Val Kilmer                               Madmartigan
Joanne Whalley                      Sorsha
Warwick Davis                        Willow
Jean March                             Reina Bavmorda
Patricia Hayes                        Fin Raziel
Billy Barty                               High Aldwin

SINOPSIS

Una profecía cuenta como una niña nacerá para acabar con el reinado de terror de la Reina Bavmorda, quien para evitar este vaticinio manda capturar y encerrar a todas las mujeres embarazadas así como asesinar a todas las niñas recién nacidas. Pero una pequeña logra escapar gracias a una criada de la propia Reina, quien la deposita en una balsa en un río antes de ser apresada. La improvisada canoa llegará hasta un poblado de Nelwyns, una raza de seres de pequeña estatura. Para evitar que las tropas de Bavmorda encuentren a la niña y destruyan el poblado, Willow, un aprendiz de mago, es elegido para tratar de poner a la niña a buen recaudo lejos de las manos de Bavmorda, iniciando así un periplo donde se enfrentará a mil y una aventuras, contando para ello con la ayuda de un guerrero humano a quien previamente salvará de su cautiverio en una jaula en medio de la nada.

COMENTARIO

Que George Lucas es un ferviente admirador de la obra de Tolkien, en especial de El Señor de los anillos es un hecho por muchos conocido. Solo comparar las similitudes entre el universo creado por el escritor nacido en Sudáfrica y el ideado por el cineasta californiano en su famosa saga cinematográfica iniciada con La guerra de las galaxias (1977) nos da buena cuenta de ello. La creación de universos mágicos llenos de personajes irreales y arquetípicos, la perpetua lucha entre el bien y el mal y hasta una fuerza maligna presente en ambas historias son solo unos pocos ejemplos generales que apuntalan tal afirmación, pudiendo incluso ir al detalle en la construcción de episodios y personajes de la franquicia Star Wars con parecidos más que aparentes con la inmortal obra de Tolkien. No es de extrañar pues que Willow presente igualmente cierta similitud con el universo de la Tierra Media, ya que de hecho la idea inicial de Lucas, autor de la historia original y a la postre productor ejecutivo de la película, fue la de rodar una versión de El hobbit pero al no adquirir los derechos de la obra tuvo que conformarse con escribir su propia versión. Se reproduce así un universo fantástico donde se mezcla la mitología con la magia y la historia, se integra una raza deudora directa de los Hobbits, un guerrero con ínfulas de Aragorn, unos seres malignos con reminiscencias a los orcos y una trama que rivaliza en desarrollo con la propia travesía de los hobbits en busca de Mordor.

Lucas cedió el testigo de la dirección a Ron Howard, antiguo actor y niño prodigio que cambió la interpretación por la silla de director y a quien ya había tenido bajos sus órdenes esta vez como actor en American Graffiti (1973). Howard, gracias a títulos como Un, dos, tres…splash (1984) o Cocoon (1985) se había manifestado como un director capaz de llevar a buen puerto la épica creada por Lucas, siendo esta una película en la que se iba a invertir la nada desdeñable cantidad de  treinta millones de euros. Howard no defraudaría presentando una película bien armada, que aprovecha su abultada inversión para dar credibilidad al mundo en el que se desarrolla la acción, combinando con destreza el maremagno de registros que maneja, pasando del cine de aventuras y fantasía a géneros como el romántico o el drama, y desplazándose de secuencias abiertamente cómicas y ligeras a otras más oscuras. El tener el respaldo de George Lucas significaba además contar con  Industria Light & Magic, por aquel entonces empresa puntera a nivel mundial en el terreno de los efectos especiales, lo que queda constatado en secuencias como el morphing de la hechicera Finn Raziel a manos de un torpe Willow, la primera vez que se veía este efecto creado a la sazón para la película, el ataque del dragón bicéfalo en el puente mediante la técnica de stop motion  o el propio final de Bavmorda entre otros momentos.

Mención aparte merece la banda sonora obra de James Horner, autor acostumbrado a lidiar con trabajos llenos de momentos álgidos y emocionantes en donde sus trabajos son insertados magistralmente dando como resultado partituras llenas de épica. Valga citar ejemplos como Leyendas de pasión (1994), Braveheart (1995), Titanic (1997) o Avatar (2009) para certificar lo manifestado. Para Willow el prolífico compositor nos ofrece un excelente trabajo, una de sus mejores obras, compuesto por ocho piezas que son una auténtica delicia para los oídos y que remarcan a la perfección ese mundo de fantasía plasmado en pantalla donde conviven a partes iguales el peligro, la ternura, el valor y el amor.

Warwick Davis, quien hiciera su debut precisamente gracias a Lucas y con tan solo trece años dando vida al Ewok Wicket en El retorno del Jedi (1983) interpreta con total convencimiento a Willow, plasmando en pantalla toda la inseguridad y a la vez el valor de este héroe a la fuerza. Davis ha logrado, a pesar de la tara que supone su estatura, consolidar una sólida carrera siendo uno de los actores más recurridos a la hora de dar vida a personajes para los cuales su corta estatura supone una ventaja. De esta manera ha dado vida al Goblin de Dentro del laberinto (1986), al Leprechaun en la película del mismo título (1993) y sus secuelas, al profesor Flitwick a lo largo de la larga franquicia sobre Harry Potter o a Nikabrick en Las crónicas de Narnia, el príncipe Caspian (2008). Junto a Davis un Val Kilmer totalmente cómodo en su papel de héroe rufián y con una notable vis cómica, tan metido en su papel que llegó a improvisar buena parte de sus diálogos. El actor, que apenas había trabajado hasta la fecha en unos pocos títulos, entre ellos Top secret (1984) o Top Gun (1986), se encontró ante la oportunidad de convertirse en una estrella de primer nivel. Y lo consiguió en parte, ya que durante la década de los noventa llevaría a cabo sus papeles más notables en títulos tan interesantes como The Doors (1991), Amor a quemarropa (1993), Tombstone, la leyenda de Wyatt Earp (1993) o Heat (1995). Sin embargo el carácter difícil y obsesivo de Kilmer a la hora de trabajar le granjearía una merecida mala fama que le llevaría a adoptar un rol secundario lejos de las superproducciones y títulos de renombre de antaño, sufriendo en 2015 un cáncer de garganta que supondría su fin como actor. Como nota anecdótica Kilmer y Joanne Whalley, quien interpreta a Sorsha en la película, se conocieron y enamoraron gracias a este rodaje. Fruto de esta relación contrajeron matrimonio ese mismo año divorciándose ocho años más tarde.

Si bien la película no se convirtió en el éxito de taquilla que Lucas preveía y que esperaba le hiciera recuperarse del batacazo comercial que le supuso Howard... un nuevo héroe (1986), si consiguió la suficiente recaudación para recuperar tanto la inversión como hacer ganar algo de dinero a sus artífices, imposibilitándose sin embargo la posibilidad de rodar ninguna secuela. En su momento además la crítica no dejó en bastante buen lugar la propuesta de Lucas y Howard, adquiriendo sin embargo y con el paso de los años el status que a día de hoy la mantiene como una notable muestra dentro del cine de fantasía, género que tan buenos momentos nos hizo vivir en la década de los ochenta.

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