LEGEND
Año de Producción: 1985
Duración: 89´
FICHA TÉCNICA
Dirección Ridley Scott
Guion William Hjortsberg
Fotografía Alex Thompson
Música Jerry Goldsmith/Tangerine Dream
Producción Arnon Milchan
INTERPRÉTES
Mia Sara Lily
SINOPSIS
La princesa Lily se reúne en mitad del bosque con Jack, quien
para darle una sorpresa lleva a la joven a ver a los unicornios, los animales más
poderosos y mágicos del reino. Sin embargo la muchacha se acerca y toca a una
de las criaturas, incumpliendo de esta forma una de las normas que rigen el
equilibrio entre el bien y el mal y posibilitando el unicornio sea atacado por
unos trasgos enviados por el señor de la oscuridad, quienes cercenan el cuerno
del mitológico ser iniciándose de esta manera un invierno perpetuo.
COMENTARIO
Ridley Scott llevaba años tratando de filmar una película
enclavada en el género de la fantasía, pudiendo finalmente con Legend cumplir
su sueño de trasladar a las pantallas de cine su particular y ansiado cuento de
hadas. Previamente el cineasta, tras debutar con Los duelistas (1977), ya había
estrenado dos clásicos dentro de la ciencia ficción como son Alien, el octavo
pasajero (1979) y Blade Runner (1982). La filmación de la película acabaría sin
embargo convirtiéndose en uno de esos rodajes plagados de problemas varios
durante la filmación así como en un proyecto marcado por las desavenencias
creativas. Estas comenzarían durante la propia gestación del guion de la cinta,
el cual sería armado partiendo de una idea original del propio cineasta por un William
Hjortsberg conocido especialmente por tratarse del novelista autor de Falling
Angel, novela que daría lugar a la película El corazón del Ángel (1987). Scott
y Hjorstsberg trabajarían durante semanas recortando un libreto inicial cuya
densidad y cantidad de subtramas lo hacía infilmable, a la par que aligeraban
un contenido excesivamente tétrico y adulto que inclusive incluía una escena de
marcado tono erótico protagonizado por la princesa Lily y el villano Darkness.
Este tono oscuro es cierto que de alguna forma queda patente en un montaje
final que por momentos se acerca más a un cuento de terror que a una historia
de hadas y duendes, aunque finalmente el tono de la película acabaría
acercándose más en contenido a un tipo
de público más juvenil tratando de esta manera de ofrecer un título con mayor
potencial en taquilla. Estas discrepancias y diatribas en torno a cómo abordar
la película se trasladarían igualmente al momento de decidir entre que montaje
estrenar en salas en lo que sería la habitual disputa entre las visiones del
cineasta y los productores, pasando de esta forma de las dos horas y media
iniciales, y que podríamos considerar como el montaje del director, a los poco
más de ciento diez minutos, montaje que en algún caso podemos llegar a
encontrar, así como en una obra de hora y media, que acabaría convirtiéndose en
la película que prácticamente todo el mundo ha visto. Pero estos remontajes no
afectarían solo al ritmo e incluso finales de la película, siendo evidente que
en la versión final da la sensación faltan escenas completas y momentos que den
mayor profundidad a la trama, ya que igualmente durante este proceso de recorte
se formularían cambios en la banda sonora de tal calado que la partitura
original compuesta por Jerry Goldsmith sería sustituida completamente por una
más acorde a los gustos de la audiencia juvenil de aquellos años obra del grupo
alemán de música electrónica Tangerine Dream.
A todos estos desvaríos creativos, los cuales serían
responsables en buena parte del fracaso en la taquilla de una cinta que sin
embargo el tiempo acabaría poniendo en su lugar, repitiéndose de alguna manera
lo sucedido con la anterior película de Ridley Scott, una Blade Runner
ninguneada en el momento de su estreno pero elevada a los altares del cine de
culto con los años, habría que sumar la complejidad de una filmación que
tendría lugar en su totalidad en estudio, siendo los Pinewood británicos el
lugar donde se construyeran todos los sets de la película, sufriéndose además
en plena filmación un serio percance en forma de incendio que destruiría
parcialmente los escenarios que representaban el bosque en el que se desarrolla
la trama. El poder rodar sin embargo la película en su totalidad en un ambiente
controlado sería clave para poder armar la bellísima fotografía que la película
presenta, obra de un Alex Thompson quien ya había dado muestras de su talento
manejando la luz natural en Excalibur (1981) y que seguiría ligado a la
fantasía épica gracias a Dentro del laberinto (1986). Y es que Legend es
eminentemente una obra visual orquestada por un maestro de ceremonias que
evidenciaba de esta manera sus orígenes en el ámbito de la publicidad. Así,
frente a un relato aunque funcional algo simplista, máxime en la versión
finalmente estrenada en cines, y que lo que viene a hablar es de la sempiterna
lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, si Legend ha trascendido
dentro del subgénero de la fantasía heroica que en la década de los ochenta
vivera su edad dorada es gracias a una estética preciosista que transforma cada
uno de los planos de la película en un cuadro en movimiento, convirtiendo de
esta manera el visionado de la película en un auténtico deleite sensorial que
posibilita poder disfrutar de la misma una y mil veces sin llegar a cansarte.
Y no podemos obviar en ese sentido en el que hablamos de
Legend como una obra con un enorme impacto visual el soberbio trabajo en las
tareas de maquillaje de un jovencísimo Rob Bottin, quien en aquellos años se
encontraba en el apogeo de su carrera gracias a su participación en películas
donde los efectos prácticos y de maquillaje eran vitales como es el caso de
Aullidos (1981), La cosa (1982), Robocop (1987) o Desafío Total (1990). Y es
que uno de los elementos más reconocibles incluso para quienes no hayan visto
la película es el espectacular diseño y proceso de maquillaje de ese villano con
formas de demonio al uso y cuya impactante fisonomía está presidida por dos
enormes cuernos negros, una imagen tan potente que no nos extrañaría sirviera
parcialmente a Mike Mignola en el proceso de creación de su Hellboy. Pero el
trabajo de Bottin no se limita a este personaje tan icónico, sino que es
igualmente disfrutable con secundarios como el trasgo Blix o la bruja Meg entre
otros. Una labor de caracterización que llevaría a buena parte del elenco a
pasar largas horas sentados en la silla de maquillaje, siendo Tim Curry,
intérprete que daba vida a Darkness, quien más sufriera a la hora de
convertirse en este icónico antagonista, ya que debía pasar cerca de seis horas
diarias sometiéndose al laborioso proceso de maquillaje, llegando a sufrir en
carne propia los efectos de los productos utilizados.
La película está protagonizada por un jovencísimo Tom
Cruise en uno de sus primeros papeles para cine, siendo este su segundo
protagonista principal tras Risky Business (1983), y quien fuera elegido tras
descartarse a otros actores juveniles del momento como Johnny Deep, Jim Carrey
o Robert Downey Jr. El intérprete, quien ya filmaría secuencias tan complejas
físicamente como el salto al agua anticipándonos de esta manera su enorme
talento como stuntman, se convertiría en toda una estrella apenas un año más
tarde gracias al mega éxito que sería Top Gun (1986), curiosamente dirigida por
Tony Scott, hermano de Ridley. Destacar igualmente el protagonismo de una Mia
Sara quien se uniría al proyecto con apenas dieciséis años, siendo capaz de
cantar ella misma buena parte de las canciones que interpreta su personaje en
la película. Como en el caso de Cruise la actriz obtendría su mayor éxito
comercial un año más tarde con el estreno de Todo en un día (1986) para a
continuación abordar una carrera profesional muy discreta y lejos de los éxitos
cinematográficos protagonizados por su compañero de rodaje. Pero si hay un
actor a destacar en Legend por encima de los dos jóvenes protagonistas ese es
Tim Curry, de quien ya hemos hablado en relación a su calvario por tener que
someterse a larguísimas sesiones de maquillaje, un peaje que sin embargo le
permitiría encumbrarse como uno de los más grandes villanos de la historia del
cine, pudiendo destacar como a pesar de las capas de maquillaje el actor de The
rocky horror picture show (1975) pudo utilizar toda su capacidad gestual
interpretativa, siendo igualmente resaltable la manera en como utiliza en la
película su potente voz confiriéndole un tono de ultratumba. Como curiosidad y
para finalizar en lo que respecta al apartado interpretativo la película cuenta
con la presencia de un David Bennet que a pesar de parecer un niño contaba con
cerca de veinte años, siendo esta fisonomía tan particular la que le había
permitido protagonizar con trece años El tambor de hojalata (1979), película donde
daba vida a un niño de tres.
Legend se erige de esta manera como un título seminal
dentro de un cine de fantasía enormemente prolijo durante la década de los
ochenta, y que tiene su principal virtud en unas imágenes de un preciosismo tal
que te atrapan desde la secuencia inicial hasta que acaba la película, siendo
este uno de esos deleites visuales propios de un Ridley Scott que siempre ha
conferido en su cine una importancia capital a las imágenes, y que encontraría
en la fotografía de Alex Thompson al mejor de los aliados para regalarnos esta
colección de secuencias para el recuerdo y que enmarcan un cuento de hadas y
monstruos que contiene a su vez en su trama ese camino del héroe que el
personaje de Tom Cruise deberá abordar y donde la figura del unicornio, como ya
sucediera en Blade Runner (1982) vuelve a ser capital. Una película con un
título totalmente atinado, una leyenda de película.
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