jueves, 25 de septiembre de 2025

15. KARATE KID


KARATE KID

 

Año de producción: 1984

Duración: 126´

FICHA TÉCNICA

 

Dirección                                 John G. Avildsen

Guion                                      Robert Mark Kamen

Fotografía                               James Crabe

Música                                    Bill Conti

Producción                             Jerry Weintraub 

INTERPRÉTES

Ralph Macchio                        Daniel Larusso
Pat Morita                               Señor Miyagi
Elisabeth Shue                        Ali Mills 
Martin Kove                            John Kreese
Randee Heller                         Lucille Larusso
William Zabka                         Johny Lawrence
Ron Thomas                           Bobby Brown

SINOPSIS

Daniel Larusso es un joven adolescente que acaba de llegar e instalarse en Los Ángeles junto a su madre. A pesar de tener un carácter abierto y amigable no tarda en meterse en líos y problemas cuando comienza a salir con una chica a la que conoce en la playa y que resulta ser la ex novia del líder de Los cobras, un grupo de estudiantes de karate que comienzan a hacer la vida imposible a Daniel. Acuciado por el nivel de agresividad de sus nuevos rivales el muchacho decide pedir ayuda al señor Miyagi, el encargado de mantenimiento de su bloque de edificios y que resulta ser un maestro de artes marciales. Miyagi tomara bajo su tutela a Daniel, a quien adiestrara enseñándole que el karate es algo más que saber dar patadas que tumben a tus rivales.

COMENTARIO

John G. Avildsen alcanzo una gran popularidad gracias al éxito de Rocky (1976) una cinta que ya hablaba del afán de superación a través del deporte. Ocho años más tarde haría lo propio con Karate Kid adoptando este mismo esquema al cine para adolescentes tan en boga en aquella época. Sustituyendo el boxeo por el karate, la película trata acerca de unos valores y principios universales, llevando esta idea de manera superlativa a lo que podríamos entender como el enfrentamiento entre el bien contra el mal, significadas ambas ideas en el diseño de los propios kimonos de los antagonistas principales, negro y con una cobra como lema para el caso de Johny Lawrence y blanco y con el bonsái a modo de escudo para Daniel Larusso, la agresividad frente a la templanza. Avildsen se consumaría como un eficaz artesano capaz de conjugar en una misma historia y con notable acierto y sin abruptos cortes ni saltos en el metraje géneros como el drama, la comedia, el cine para adolescentes y el cine deportivo, una de los temas recurrentes en su filmografía, todo en un conglomerado final que se erigió como todo un fenómeno cinematográfico cuyo éxito uniría a Ralph Macchio y Noriyuki Pat Morita en dos continuaciones más. Morita además aún seguiría ligado a la franquicia en una cuarta ocasión para dar la réplica como mentor ni más ni menos que a una Hillary Swank que con veinte años estaba lejos de imaginar siquiera que diez años más tarde tendría dos Oscar de la Academia en su haber. En 2010 se estrenaría una revisión de la película original en la que el hijo de Will Smith, Jaden Smith haría las veces del personaje de Ralph Macchio mientras que el artista marcial y actor Jackie Chan tomaría el relevo del papel interpretado por Pat Morita veinticinco años antes. Y finalmente no podemos dejar de citar la serie para televisión estrenada en 2018 Cobra Kai y que continua la historia iniciada en la película que nos ocupa prestando especial atención al antagonista de la película, quien de hecho en la escena de cierre de Karate Kid encuentra la redención. Y con un nuevo título para cines a estrenar en breve que conecta la saga de películas y la serie para televisión 

Precisamente la relación entre Larusso y el señor Miyagi es el elemento principal sobre el que se cimenta la película y en cuyo vínculo podemos encontrar sus mejores virtudes. Ante la ausencia de una figura masculina en el hogar Larusso el venerable vecino acaba por convertirse en todo un referente paterno, estableciéndose entre el muchacho y él una relación que crecerá según avanza la trama yendo mucho más allá de una buena amistad. Notable acierto en este sentido el incluir la secuencia en la que Miyagi se emborracha y relata a Daniel su triste historia, ya que además de dar profundidad a un personaje que hasta ese momento parecía un contrapunto cómico del protagonista supuso para Morita el ser nominado al Oscar al Mejor Actor de Reparto. La película es tremendamente respetuosa con el karate y así, partiendo de un inicio en el que parece se va a usar este deporte como excusa para ofrecer espectaculares secuencias de lucha y todo un recital de escenas de acción acaba potenciándose y dejándose patente la idea de este arte marcial como una filosofía y forma de vida, enfoque para el que también es crucial la figura del señor Miyagi, quien utiliza esta técnica como metodología para inculcar en su pupilo todo un estilo de ser y pasar por la vida y que se resume perfectamente en la idea que habla de aprender karate como medio precisamente para no tener que pelear. En relación con el tema del karate hay que destacar que, como ya sucediera en la anteriormente citada Rocky, el director no escatima a la hora de mostrar con todo lujo de detalles el desarrollo del torneo que sirve de cierre, siendo este un acto final de veinte minutos a través del cual Daniel no solo se enfrentará en la pelea definitiva con quien le ha hecho la vida imposible desde que se mudara a su nuevo hogar, sino que sirve como colofón para ver que toda la enseñanza del señor Miyagi ha surtido su efecto en el joven.

Tanto para Pat Morita como para Ralph Macchio Karate Kid supuso la cima de sus respectivas carreras. En el caso de Morita, fallecido en 2005 y forjado en el mundo de la televisión habiendo trabajado en prácticamente todas las series más conocidas de la década de los setenta y primeros ochenta como M.A.S.H, Magnum, Colombo, Starsky y Hutch o Vacaciones en el mar por citar solo unos pocos ejemplos, su interpretación sirvió de modelo para futuros papeles que, inspirados en el éxito de la película, abordarían la relación maestro-alumno donde ese carácter tranquilo y lleno de sabiduría a la par que algo despistado del señor Miyagi se convertiría  en referente. Por su parte Ralph Macchio, que a pesar de lo que pueda parecer por su imagen de adolescente barbilampiño contaba con veintidós años en el momento de rodar la cinta,  ya había formado parte del elenco de Rebeldes (1983) cinta de Francis Ford Coppola que logró reunir un casting de futuras promesas que sería conocido en homenaje al rat pack de Sinatra como brat pack, y entre cuyos protagonistas y secundarios podemos encontrar nombres como los de Tom Cruise, Patrick Swayze, Matt Dillon, C. Thomas Howell, Rob Lowe o el propio Ralph Macchio, quien una vez abandonada la trilogía iniciada en 1984 y dirigida en su totalidad por el propio Avildsen apenas participaría en ningún título interesante. En relación a estas películas hay que mencionar como la saga iría decreciendo en interés según avanzaban las secuelas, con una segunda entrega ubicada en Japón y una tercera parte con un Ralph Macchio con bastantes kilos de más y que se limitaba a repetir ideas ya vistas en la primera Karate Kid.  Junto a la pareja protagonista nos encontramos a una bellísima Elisabeth Shue, actriz cuasi imprescindible en el cine para adolescentes de la época y cuya única función es la servir de contrapunto romántico de la película.

El autor de la banda sonora de la película es Bill Conti, un compositor que a pesar de no tener el reconocimiento de otros autores como Jerry Goldsmith, John Williams, James Horner, Hans Zimmer o Danny Elfman, vuelve a demostrar su enorme solvencia como creador de bandas sonoras presentando una partitura que logra emocionar en no pocos momentos formando un acompañamiento de primera que engrandece aún más determinadas secuencias y que además se atreve a introducir sonidos y melodías que nos retrotraen al lejano oriente. Junto a este trabajo orquestal se cuelan a lo largo del metraje una decena de buenas canciones entre las cuales es inevitable destacar You´re the best  around de Joe Sposito y que enmarca los diferentes enfrentamientos que se suceden en el torneo de karate con que se cierra la cinta.

Todo un clásico del cine juvenil que potenció la práctica del karate a lo largo de todo el mundo por su impacto mediático y que provocó que todos los jóvenes de la época emularan la famosa patada de la grulla con la que Daniel Larusso logra derrotar a Johny Lawrence haciéndose con el trofeo de karate, el amor de Ali y el respeto del señor Miyagi.

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