KARATE KID
Año de producción: 1984
Duración: 126´
FICHA TÉCNICA
Dirección John G. Avildsen
Guion Robert Mark Kamen
Fotografía James Crabe
Música Bill Conti
Producción Jerry Weintraub
INTERPRÉTES
Pat Morita Señor Miyagi
SINOPSIS
Daniel Larusso es un joven adolescente que acaba de
llegar e instalarse en Los Ángeles junto a su madre. A pesar de tener un
carácter abierto y amigable no tarda en meterse en líos y problemas cuando
comienza a salir con una chica a la que conoce en la playa y que resulta ser la
ex novia del líder de Los cobras, un grupo de estudiantes de karate que
comienzan a hacer la vida imposible a Daniel. Acuciado por el nivel de
agresividad de sus nuevos rivales el muchacho decide pedir ayuda al señor
Miyagi, el encargado de mantenimiento de su bloque de edificios y que resulta
ser un maestro de artes marciales. Miyagi tomara bajo su tutela a Daniel, a
quien adiestrara enseñándole que el karate es algo más que saber dar patadas
que tumben a tus rivales.
COMENTARIO
John G. Avildsen alcanzo una gran popularidad gracias al
éxito de Rocky (1976) una cinta que ya hablaba del afán de superación a través
del deporte. Ocho años más tarde haría lo propio con Karate Kid adoptando este
mismo esquema al cine para adolescentes tan en boga en aquella época.
Sustituyendo el boxeo por el karate, la película trata acerca de unos valores y
principios universales, llevando esta idea de manera superlativa a lo que
podríamos entender como el enfrentamiento entre el bien contra el mal,
significadas ambas ideas en el diseño de los propios kimonos de los
antagonistas principales, negro y con una cobra como lema para el caso de Johny
Lawrence y blanco y con el bonsái a modo de escudo para Daniel Larusso, la
agresividad frente a la templanza. Avildsen se consumaría como un eficaz
artesano capaz de conjugar en una misma historia y con notable acierto y sin
abruptos cortes ni saltos en el metraje géneros como el drama, la comedia, el
cine para adolescentes y el cine deportivo, una de los temas recurrentes en su
filmografía, todo en un conglomerado final que se erigió como todo un fenómeno
cinematográfico cuyo éxito uniría a Ralph Macchio y Noriyuki Pat Morita en dos
continuaciones más. Morita además aún seguiría ligado a la franquicia en una
cuarta ocasión para dar la réplica como mentor ni más ni menos que a una
Hillary Swank que con veinte años estaba lejos de imaginar siquiera que diez
años más tarde tendría dos Oscar de la Academia en su haber. En 2010 se
estrenaría una revisión de la película original en la que el hijo de Will
Smith, Jaden Smith haría las veces del personaje de Ralph Macchio mientras que
el artista marcial y actor Jackie Chan tomaría el relevo del papel interpretado
por Pat Morita veinticinco años antes. Y finalmente no podemos dejar de citar
la serie para televisión estrenada en 2018 Cobra Kai y que continua la historia
iniciada en la película que nos ocupa prestando especial atención al
antagonista de la película, quien de hecho en la escena de cierre de Karate Kid
encuentra la redención. Y con un nuevo título para cines a estrenar en breve que
conecta la saga de películas y la serie para televisión
Precisamente la relación entre Larusso y el señor Miyagi
es el elemento principal sobre el que se cimenta la película y en cuyo vínculo
podemos encontrar sus mejores virtudes. Ante la ausencia de una figura
masculina en el hogar Larusso el venerable vecino acaba por convertirse en todo
un referente paterno, estableciéndose entre el muchacho y él una relación que
crecerá según avanza la trama yendo mucho más allá de una buena amistad.
Notable acierto en este sentido el incluir la secuencia en la que Miyagi se
emborracha y relata a Daniel su triste historia, ya que además de dar
profundidad a un personaje que hasta ese momento parecía un contrapunto cómico
del protagonista supuso para Morita el ser nominado al Oscar al Mejor Actor de
Reparto. La película es tremendamente respetuosa con el karate y así, partiendo
de un inicio en el que parece se va a usar este deporte como excusa para
ofrecer espectaculares secuencias de lucha y todo un recital de escenas de
acción acaba potenciándose y dejándose patente la idea de este arte marcial
como una filosofía y forma de vida, enfoque para el que también es crucial la
figura del señor Miyagi, quien utiliza esta técnica como metodología para
inculcar en su pupilo todo un estilo de ser y pasar por la vida y que se resume
perfectamente en la idea que habla de aprender karate como medio precisamente
para no tener que pelear. En relación con el tema del karate hay que destacar
que, como ya sucediera en la anteriormente citada Rocky, el director no
escatima a la hora de mostrar con todo lujo de detalles el desarrollo del
torneo que sirve de cierre, siendo este un acto final de veinte minutos a
través del cual Daniel no solo se enfrentará en la pelea definitiva con quien
le ha hecho la vida imposible desde que se mudara a su nuevo hogar, sino que
sirve como colofón para ver que toda la enseñanza del señor Miyagi ha surtido
su efecto en el joven.
Tanto para Pat Morita como para Ralph Macchio Karate Kid
supuso la cima de sus respectivas carreras. En el caso de Morita, fallecido en
2005 y forjado en el mundo de la televisión habiendo trabajado en prácticamente
todas las series más conocidas de la década de los setenta y primeros ochenta
como M.A.S.H, Magnum, Colombo, Starsky y Hutch o Vacaciones en el mar por citar
solo unos pocos ejemplos, su interpretación sirvió de modelo para futuros
papeles que, inspirados en el éxito de la película, abordarían la relación
maestro-alumno donde ese carácter tranquilo y lleno de sabiduría a la par que
algo despistado del señor Miyagi se convertiría
en referente. Por su parte Ralph Macchio, que a pesar de lo que pueda
parecer por su imagen de adolescente barbilampiño contaba con veintidós años en
el momento de rodar la cinta, ya había
formado parte del elenco de Rebeldes (1983) cinta de Francis Ford Coppola que
logró reunir un casting de futuras promesas que sería conocido en homenaje al
rat pack de Sinatra como brat pack, y entre cuyos protagonistas y secundarios
podemos encontrar nombres como los de Tom Cruise, Patrick Swayze, Matt Dillon,
C. Thomas Howell, Rob Lowe o el propio Ralph Macchio, quien una vez abandonada
la trilogía iniciada en 1984 y dirigida en su totalidad por el propio Avildsen
apenas participaría en ningún título interesante. En relación a estas películas
hay que mencionar como la saga iría decreciendo en interés según avanzaban las
secuelas, con una segunda entrega ubicada en Japón y una tercera parte con un
Ralph Macchio con bastantes kilos de más y que se limitaba a repetir ideas ya
vistas en la primera Karate Kid. Junto a
la pareja protagonista nos encontramos a una bellísima Elisabeth Shue, actriz
cuasi imprescindible en el cine para adolescentes de la época y cuya única
función es la servir de contrapunto romántico de la película.
El autor de la banda sonora de la película es Bill Conti,
un compositor que a pesar de no tener el reconocimiento de otros autores como
Jerry Goldsmith, John Williams, James Horner, Hans Zimmer o Danny Elfman,
vuelve a demostrar su enorme solvencia como creador de bandas sonoras presentando
una partitura que logra emocionar en no pocos momentos formando un
acompañamiento de primera que engrandece aún más determinadas secuencias y que
además se atreve a introducir sonidos y melodías que nos retrotraen al lejano
oriente. Junto a este trabajo orquestal se cuelan a lo largo del metraje una
decena de buenas canciones entre las cuales es inevitable destacar You´re the
best around de Joe Sposito y que enmarca
los diferentes enfrentamientos que se suceden en el torneo de karate con que se
cierra la cinta.
Todo un clásico del cine
juvenil que potenció la práctica del karate a lo largo de todo el mundo por su
impacto mediático y que provocó que todos los jóvenes de la época emularan la
famosa patada de la grulla con la que Daniel Larusso logra derrotar a Johny
Lawrence haciéndose con el trofeo de karate, el amor de Ali y el respeto del
señor Miyagi.
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