2. La noche
del cazador (1955) 93´
Un
convicto justito de conciencia conoce en prisión a un tipo que le confiesa en
duermevela como ocultó el botín de un atraco. Es por ello que una vez libre uno
y colgado del cuello el otro, este se dirige a casa de su compañero de celda
para seducir a la mujer de este y hacerse con el dinero escondido. Pero como
siempre que hay hijos de por medio, el plan se le complica.
El actor Charles Laughton únicamente
dirigió una película, esta, pero hay que reconocer que dejó esto de la
dirección totalmente en alto, con uno de los títulos más inquietantes de
cuántos jamás se han filmado en la historia del cine. Un perverso cuento de
hadas que sigue el esquema de aquellos relatos de la infancia protagonizados
por pobres huerfanitos al amparo de un cuidador con pocas ganas por cuidar y
que se beneficia de una inmensa fotografía y unos encuadres con reminiscencias
al Expresionismo Alemán que hacen aún más oscura esta fabula filmada en blanco
y negro. Robert Mitchum y sus icónicos tatuajes en los nudillos quedarían marcados
a fuego, siendo uno de esos grandes villanos que dejan claro que dan mucho más
miedo los tipos de carne y hueso que las criaturas más desagradables que puedas
llegar a inventar.
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