miércoles, 29 de enero de 2025

LA CARA B DE HOLLYWOOD

JOHN HOLMES

La industria del cine pornográfico desde su momento de eclosión en la década de los setenta hasta la llegada de internet y el cambio que esta nueva herramienta supondría a la hora de visionar sexo en formato audiovisual caminaría paralela al devenir del propio Hollywood, sufriendo igualmente la revolución que supondría la llegada de los videoclubs y del video doméstico, organizando sus propias galas anuales en los que entregar sus propios premios cinematográficos, los AVN, que a la manera de los Oscar de la Academia reconocerían los mejores trabajos de cada año dentro del cine X, y como no podía ser de otra manera, presentándonos su particular star system o galería de estrellas, siendo John Holmes el equivalente para los pornógrafos y aficionados a este tipo de cine a nuestro Marlon Brando, y no precisamente por su talento interpretativo, sino por poseer una cualidad física en forma de herramienta de trabajo que le convertiría en un mito viviente a lo largo de los años setenta habida cuenta de los más de treinta centímetros de largo de virilidad que el intérprete poseía.

Pero más allá de sus capacidades físicas, lo que contrariamente a lo que pudiera parecer y más allá de lo visual de sus escenas de sexo era en ocasiones un hándicap a la hora de trabajar habida cuenta de los problemas que tendría, especialmente en su última etapa, para mantener las erecciones así como para no dañar a sus compañeras de reparto durante las filmaciones, la vida de John Holmes toda vez se convirtió en la estrella mejor pagada del cine pornográfico daría para una película en sí misma. Algo que en cierta forma sucedería con el estreno en 1997 de Boogie Nights, ya que el personaje al que da vida Mark Whalberg está evidentemente inspirado en la vida de John Holmes.

Y es que el devenir de Holmes es la perfecta historia de auge y caída del mito, partiendo de una infancia y adolescencia de pasado infausto presidio por un padre ausente y un padrastro alcohólico que le maltrataría de manera sistemática hasta llegar a una madurez donde sobreviviría encadenando trabajos precarios llegando finalmente a conformar, al menos de inicio, una vida familiar tranquila y estable hasta llegar por casualidad, como casi siempre sucede en estos casos, a trabajar en el cine pornográfico, convirtiéndose de la noche a la mañana en el principal exponente de este subgénero en el momento además de mayor apogeo del mismo, cuándo películas como Garganta profunda o Tras la puerta verde la habían conferido estatus de género cinematográfico per se más allá de ser una colección de secuencias de sexo explícito para deleite del personal. Y como suele suceder en casos en los que el dinero y la fama hacen acto de presencia de la noche a la mañana, en el caso de John Holmes acabo por convertirlo en una parodia de lo que una vez fue, un actor con el que era imposible trabajar, adicto al alcohol y a la cocaína cuándo en sus inicios practicaba un culto al cuerpo cuasi enfermizo y con unas adicciones que le llevarían a rodearse de gente de la peor calaña, traicionar a sus amigos, trabajar como confidente para la policía, obligar a prostituirse a su novia menor de edad y dedicarse a pequeños hurtos y trapicheos para poder pagarse sus vicios toda vez su trabajo como actor no le reportaba los ingresos necesarios para mantener una vida de autodestrucción.

Todo ello devendría en su momento más turbio y trágico con el brutal asesinato de varios miembros de una banda dedicada al tráfico de drogas con las que Holmes frecuentaba y que a su vez habían robado a Eddie Nash por indicaciones del propio Holmes, quien de esta manera pensaba saldar antiguas deudas contraídas con esta banda. El problema es que Nash era un peligroso narcotraficante que como venganza ordenaría el macabro asesinato a golpes de quienes previamente habían entrado en su casa, obligando a Holmes a conducir a sus hombres hasta el lugar donde poder dar con quienes le habían robado, creyéndose además, aunque finalmente no pudo llegar a demostrarse, que obligaría al intérprete a participar en el asesinato múltiple. El caso es que Holmes estaría relacionado tanto con el asalto a la casa de Eddie Nash como con el ataque al edificio en el que vivían los asesinados, historia narrada en la cinta estrenada en 2004 Wonderland y en la que Val Kilmer es quien da vida al actor de los treinta centímetros.

Pero la vida de Holmes aún tendría para un último episodio de tintes macabros cuándo en su momento de mayor necesidad económica aceptaría trabajar a su pesar en películas de temática gay, y por lo tanto manteniendo relaciones sexuales con otros hombres, momento en el que se cree de manera bastante fehaciente contraería el SIDA cuándo esta enfermedad era una gran desconocida y empezaba a abordarse como una pandemia ligada a la práctica de sexo entre homosexuales así como a la drogadicción, siendo además sinónimo de una condena a muerte. Conocedor de su diagnóstico Holmes aún trabajaría en una película pornográfica filmada en Italia donde coincidiría con la conocida actriz y posterior eurodiputada Ilona Staller, más conocida como Cicciolina, lo que refuta la idea de Holmes como una persona sin un ápice de empatía y únicamente movido por su propio interés. Así sería al menos durante esa etapa en el que la droga sería quien manejara al actor.

Holmes fallecería finalmente en 1988 con cuarenta y cuatro años de edad, tras aparecer en cerca de dos mil quinientas películas y mantener relaciones sexuales con unas catorce mil mujeres. Como muchas de las estrellas tanto del cine para adultos como del cine en general acabaría convertido en un juguete roto, en una parodia de lo que alguna vez fue en una carrera de autodestrucción que le llevaría a unos últimos años de autentico suplicio vital. Aunque hay que reconocer que en el camino lograría su gran sueño, el de desembarazarse de la etiqueta de don nadie que siempre le había acompañado y acomplejado para acabar siendo el actor de cine porno más conocido de la historia. Aunque el merito recayera más en un atributo físico que en sus cualidades actorales.

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